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Mierda...

Y volvemos de nuevo a la misma historia.

La habitación color crema, olor a vainilla, con todos los objetos en su mismo lugar.

Odio las escenas cliché, donde el chico por su mal estado termina besando a la chica "accidentalmente", y al final terminan felices.

Pero lo que pasa con mi historia, es que se repite una y otra, y nunca termina bien.

—¡Maldición! ¿Porque siempre te metes en broncas fuertes, Kim JoJo?

Rodé los ojos en forma fastidiosa, mientras mi mente buscaba alguna forma o excusa para librarme, sabía en que terminaría.

—¡No lo se!... -

Mi cerebro no captaba su enojo, hasta verlo tan rojo como tomate, estaba a punto de explotar.

—... en verdad, no lo se.. -

Susurré lentamente, la habitación se había llenado de tensión e incomodidad.

—¡Siempre te tengo que recoger del bar casi inconsciente! ¿Y sabes por que?

Pregunto incrédulo, mientras trataba de calmarse a el mismo, aunque no lo había logrado del todo.

—¡Porque a la niña se le ocurre iniciar una estúpida pelea!

Llegamos a un punto donde yo también explote.

—¡No se porque rayos sigo rescatándole a la persona que no sabe lo que hace!

No podía creer lo que dijo...

—¡Entonces dejame en paz!

Grité, esperando respuesta, pero solo respondió con una mueca sorprendida, nunca me había visto así.

—¡Deja de salvarme de ahí, de regañarme por cosas que tu mismo causas!

No hablaba, y era de esperarse.

-Siempre nos encontramos en la misma situación- me desahogue como nunca, necesitaba decirle como me sentía- Me ayudas a salir de ahí, me traes a tu casa, me tiras el mismo rollo de "estoy harto", en silencio nos gana y después llega Wendy- Wendy, es su novia, la cual es mi amiga- Se besan, y se olvidan de mi, después, me voy sin que se enteren, eso es lo que siempre pasa... -

No sabía si era lo correcto decirle, pero no podía más con este sentimiento, es...es horrible.

—Y pues tu... tu me gustas -

Fui directa, y tan solo agache la cabeza, mientras Jeon se mostraba aún más sorprendido.

—Pero ahora haré lo que siempre hago aquí...

Acomodé mi capucha en mi cabeza, todavía con la mirada baja, mientras el rostro se me llenaba en lágrimas.

—Me iré sin qué nadie lo note, y no te veré nunca más, Jeon...