Jungkook sueña con una chica misteriosa, desearía que en verdad existiera.
Pero sólo la puede encontrar en sus sueños.
Se obsesiona con la chica misteriosa, a tal punto de tener alucinaciones de ella.
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-Mi primera historia.
-Favor de respetar...
–¡Ah, basta. Por favor! —Se quejaba del intenso dolor que sentía en ese momento.
–¿Qué? ¿Acaso ya no puedes defenderte sólo? —Lo golpeó en su abdomen—. Dime, ¿a dónde fue tu hyung? —Lo golpeó de nuevo—. ¿Eh?
–S-se fue —Trató de pronunciar aquellas palabras, pero no podía debido a sus graves heridas sangrantes—. Ya Déjame... P-por fa-vor.
–Oh, lo siento mucho, niño —Hizo una mueca de lástima—. Tus gestos de dolor aún no me convencen de que te duele demasiado —Sonrió cínico—. Siempre he querido hacer esto...
Jungkook se sorprendió, y una señal de esto fueron sus ojos casi fuera de sus órbitas.
–¡N-no, por favor no! —Se alejaba como podía, trató de escapar, pero fue imposible.
–Oh, demasiado tarde...
–¡¡No!! —Lloraba del dolor. Definitivamente tuvo la peor suerte.
•••
Jeon estaba camino hacia la farmacia, necesitaba muchas gasas y medicamentos.
–Buenas tardes —Le dijo el farmacéutico—.
–Buenas tardes —Como pudo, hico una reverencia—. ¿Dónde tiene las gasas y vendas?
–Allá —Le indicó con su dedo—.
–Gracias —Caminó hacia el pasillo donde, se encontraba lo que necesitaba. Y él, por su propia cuenta; encontró lo demás.
–¿Es todo? —Preguntó y Jungkook asintió.
Mientras el farmacéutico sacaba la cuentas de lo que iba a ser su compra, algo le llamó la atención.
¿Pastillas para dormir?
Pensó.
No sabía que existían...
–Eche uno de estos por favor —Le entregó la cajita que contenían las “pastillas para dormir”.
•••
No había nadie en casa, estaba solitaria. La presencia de Jungkook era la única.
–Agh, qué asco —Dijo mientras se quitaba su ropa llena de semen de su bully. Sí, aquel desgraciado había violado a Jeon.
Después de la ducha y autocuración, el chico se sentó en su cama con una de las pastillas que había comprado para consiliar el sueño.
–¿Funcionaran? —Se preguntó a sí mismo.
Bueno, eso solo lo sabrás si lo intentas.
Habló su conciencia. Jeon colocó la pastilla en su boca y con agua, la píldora se deslizó por su garganta.
A los pocos minutos el muchacho comenzó a tener sueño. Lentamente fue cerrando sus ojos... Con calma, en una posición cómoda.
–¡Hola Jungkook! —Lo saludó con su característica sonrisa—.
–¡Hola! —Le dijo Jungkook con esa alegría que siempre demuestra al ver a su amiga.
Sí, esas pastillas funcionan.
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