Tae Sang

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Mientras tanto cerca de ahí en la dinastía China crecía un rango el general Tae Sang quien dirigía el ejército más grande que China había visto, guiado por su emperador salía a conquistar provincias cercanas a la suya expandiendo así su imperio.

Un día mientras viajaba al sur un hombre se le acercó y le habló de la leyenda de Yolín y de su insaciable sed de poder. El al ser un joven entregado a su emperador, le comunicó lo escuchado y le rogó que lo dejará buscarla para poder así unir fuerzas y hacerlo el emperador no solo de China sino de todo el mundo. El emperador quien lógicamente no se fiaba de cuentos para niños se negó totalmente y lo destituyó de su cargo pues creyó que había perdido la cabeza.

Tae abatido y derrotado huye del imperio hacia el norte de Rusia dónde comienza la búsqueda de Yolín, él ahora quería venganza, quería demostrar que aquel viajero probablemente era un ángel mensajero o algo así.

Rusia un lugar de bosques hermosos alberga gran cantidad de animales silvestres, entre ellos tigres. Durante el viaje Tae se ve agredido por una tigresa hambrienta y feroz quien de un segundo a otro se abalanzó sobre el para matarlo, pero gracias al entrenamiento recibido Tae logró matarla, quedó mal herido y se desmayó. Al despertar se encontró con una tigresa muerta y una pequeña cachorra acurrucada a un lado. Su corazón se partió en dos ya que no esperaba que esa tigresa solo quisiera alimentar a su cría. Así que decidió adoptar a la pequeña y nombrarla Shasta, utilizó la piel de su madre como ropa y continuó durante muchos meses la búsqueda de Yolín.

Estaba a punto de rendirse cuando de pronto en medio del bosque se encontró con una mujer hermosa quien recogía lo que parecían ser trozos de carne del suelo, al acercarse Tae le preguntó sobre su identidad, aquella mujer sonrío y todo se obscureció. Ella era un ángel oscuro y lo que recogía era almas. La mujer quedó fascinada con Shasta por lo que no tomó el alma de Tae, a cambio de permitirle jugar con la tigresa le dijo que diría algo que posiblemente le interesaría. Tae intrigado accedió además, Shasta disfrutaba de sus caricias. Aquel ángel le dijo que el emperador había muerto y en su lugar reinaba su hija, mujer de hermosas facciones pero un alma podrida. Para los 6 meses que llevaba en poder el imperio se había tornado oscuro, ella era una tirana, nada tenían que ver sus sentimientos con los de su difunto padre. Además no era un secreto que la nueva emperatriz siempre estuvo enamorada de Tae y su frustración aumentaba cada vez que recordaba el rechazo por parte de este por lo que había ofrecido grandes recompensas para el que entregara su cabeza.

Después del informe recibido Tae entró en shock y por primera vez se sintió aterrado, ahora con gran desesperación buscaba a Yolín ya no quería gobernar, ahora solo deseaba ser protegido. Buscó y buscó sin descanso hasta que al estar en lo más espeso del bosque escuchó un cántico celestial, realmente jamás había escuchado nada igual. Era una lengua extraña y decidió seguir el sonido que lo guió a un árbol enorme y de tronco grueso lo que significaba que tenía muchos años dándonos vida. Buscó a sus alrededores peor no encontró a nadie, ni siquiera Shasta pudo identificar nada, estaba a punto de darse por vencido cuando de pronto de entre las raíces vio que algo enorme y peludo salía. Era un gusano enorme, realmente enorme media casi 6 metros de largo y por si eso fuera poco se irguió y comenzó atacando a Tae quien rápidamente esquivaba sus ataques. Shasta desesperada lanzaba zarpazos sin parar pero era inútil, parecía que Tae iba morir porque en una de las embestidas recibidas el gusano le clavó una especie de espina y todo comenzó a oscurecer ante los ojos de Tae, antes de caer desmayado lo único que pudo decir fue;

- Yolín ayúdame - y quedó inconsciente.

Yolín y Tae SangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora