El encuentro

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Al despertar estaba maravillado pues se encontraba en un enorme castillo lleno de esculturas y pinturas sobre ángeles y demonios, y a su lado su tigresa que dormía como un cachorro. Su cabeza le daba vueltas, cuando por fin pudo levantarse camino hacia la puerta, bajo grandes escaleras hasta que al entrar por una puerta la vió. Ahí estaba sentada en una gran silla Yolín, una hermosa mujer con alas de ángel. Se quedó observándola hasta que una voz le sacó de sus pensamientos; - ¿Ya vas a dejar de robar mi belleza con tu mirada? – Lo anterior lo desconcertó tanto que no supo que decir, por lo que Yolín comenzó a reír. – Eres muy gracioso humano, me vez cómo si no hubieras visto a una mujer antes. – Lo cual era verdad él, jamás había visto una mujer con alas.

- Disculpe, es que la he buscado desde hace mucho y no pudo creer que ahora de verdad esté aquí, frente a mi.- dijo pasmado

- Lo sé yo te he esperado durante siglos – respondió serena

- ¿A qué se refiere? – dijo Tae muy confundido.

- He vivido durante mucho tiempo esperando a aquel que reinara a mi lado- Al escuchar eso Tae se quedó sin palabras, no podía creer lo que escuchaba.

- - Yo no puedo ser, me persiguen ¿Cómo puede reinar alguien quien tiene precio su cabeza?- Le dijo angustiado. –

- ¿Quién ha hecho tal cosa? – preguntó curiosa.

- - La emperatriz de China, ella me ama y al haber huido para buscarla a decidido matarme, al parecer no es la única que quiere que yo reine a su lado. – Respondió Tae.

- Bien comprendo, probablemente me equivoqué y no eres el hombre qué esperaba y debí dejar que mi Lupi te comiera. – le contestó desanimada

- ¿Qué quiere decir con eso? – le preguntó alarmado.

- Digo que, quien encuentra el castillo es porque tiene un corazón valeroso digno de un rey, además debe tener amor por las artes oscuras, que a diferencia de las blancas nosotros ayudamos a quien realmente lo merece y no a todo aquel que quiere hacer su vida más fácil. – Le explicó Yolín.

- Pero, yo la encontré, algo debo tener. Respondió irritado

- Sí y no sé qué sea. ¿Por qué me buscabas?- Dijo ella.

- Yo quería demostrar que lo que me dijo el viajero era cierto. Qué eras real y ahora necesito ayuda, no quiero morir, alójame te aseguro que te seré leal. Yo era un general, el mejor de todo un imperio. – Le dijo suplicante

- Muéstrame tus habilidades y ya veremos – Fue lo que dijo antes de salir volando por la ventana.

Al salir ella un grupo de mujeres de baja estatura se acercaron a Tae, lo dirigieron a la ducha y le dieron un baño. Lo mismo pasó con Shasta. Después los guiaron a un comedor enorme y les dieron tanta comida que tuvieron que tomar una siesta para poder digerir. Después de meses de pasar hambre por fin comían como reyes.

Durmieron tanto que no despertaron hasta el día siguiente.

- Espero hayas dormido bien, porque hoy demostraras de que estas hecho y si vale realmente la pena alojarte.- fue lo único que escucho antes de que todo a su alrededor se desvaneciera. 

Yolín y Tae SangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora