La prueba

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Yolín hizo un conjuro visual dónde ante los ojos de Tae solo se encontraba una arena y en ella un gran número de soldados. Del lado derecho una especie de parque, pero con obstáculos. Tal como su campo de entrenamiento en China.

- Aquí y ahora quiero que superes todas las pruebas- dijo severa.

- Bien, si con esto me ayudarás que así sea.

Una a una fue superando cada prueba y cada lucha con los soldados de Yolín, todos muy bien entrenados. Pero no importaba Tae sabía muy bien cómo lidiar en batalla. Las horas pasaban y Tae iba bajando su ritmo, era ya demasiado no podía más. Hasta que llegó a la prueba final.

Ahí frente a él estaba una mujer desollando a su amada Shasta quien inmovilizada nada podía hacer, solo gruñía y poco a poco sus ojos se iban apagando. Al ver esto Tae sintió que la sangre le hervía y se abalanzó contra la mujer hasta que al estar frente a ella, se dio cuenta que estaba embarazada y le dijo;

- No me mates, yo solo hice por mis hijos- Tae no escuchaba nada, solo contemplaba a su tigresa muerta, y a una mujer ensangrentada a su lado.

- No me importas tu o tus hijos, mataste a mi tigresa.- Le gritó. No lo pensó más y mató a la mujer.

Hecho esto la arena desapareció y se encontraban en el claro de un bosque, él estaba en medio de una gran multitud y frente a él en un trono estaba Yolín tan imponente y hermosa cómo siempre.

- Quieres explicarme ¿por qué mataste a esa mujer? – Dijo gritando

- Ella mató a Shasta, mi tigresa no le hizo nada. Dijo lleno de rabia.

- ¿Cómo lo sabes? Es un animal salvaje. – Refutó ella.

- No, salvaje es el ser humano, que cree que puede tener todo, poseer todo. Matas todo. Shasta jamás casa si no tiene hambre, ella estaba bien alimentada, no había razones para atacar. Esa mujer estaba intacta, si Shasta hubiera atacado ella no estaría viva. – fue su respuesta.

- ¿Qué hay del bebé? Hiciste algo muy grave. ¿qué clase de hombre mata a una embarazada?

- No creo haberla matado, esa cosa no es humana. – al decir esto Yolín palideció pero de alegría.

- ¿Cómo que no era humana? – Fue lo que enseguida preguntó.

- Es obvio, ¿qué humana embarazada mata a una tigresa sin siquiera esforzarse?, además su mirada es una puerta al mismo infierno. - Decía seguro.

- ¿Desde cuando ves eso? – preguntó

- ¿Ver qué?- dijo Tae

- El alma, y lo que proyectan los demonios.

- Espera ¿Qué? – preguntó confundido.

- Efectivamente a quien atacaste no era humana, sí está embarazada pero no es humana. Es como el San Pedro del infierno. Ella tiene las llaves del infierno y solo quien tiene el don de ver lo no terrenal puede verlo.

- Oh, yo siempre he visto cosas, así es como llegué tan lejos a la guerra sabía a quién atacar y como porque al ver sus ojos sabía sus intenciones y que iban hacer. – Respondió-

- Bien Tae Sang te acogeré. Pero antes debes hablarme un poco sobre la estupidez que haremos. – dicho esto lo tomo del cuerpo y emprendió el vuelo a su palacio. 

Yolín y Tae SangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora