Joel se acercó a su nuevo esposo y lo abrazo de la cintura instalando su barbilla y su hombro.
—Hoy son cinco años de que murió mi primer esposó- informó.
—¿Queres que te acompañe al cementerio?- cuestionó sonriendo aunque esté no lo veía.
—No, amor, es algo que quiero hacer solo. Probablemente sea la última vez que vaya- dijo más para si.
—Nunca me contaste como murió- recordó.
—Lo asesinaron en medio de una obra de teatro- contó con el recuerdo de como presionó el gatillo sin querer en su mente.
—¿Esta preso el que lo asesinó?
—Huyo- finalizó alejándose de el- luego vuelvo, amor- dijo saliendo de la habitación y de la casa.
Estuvo al rededor de dos horas vagando por la ciudad. Claramente no podía ir al cementerio por motivos obvios, a demás que tendría que viajar horas en avión para poder llegar.
Al llegar vio a su esposo con un chico, aparentemente coreano, en la mesa del comedor.
—¿Quien es el?- cuestionó enojado al verlo.
—Es un amigo, amor- sonrió- Joel, el es...
—Creo que me voy- murmuró despidiéndose, notaba la tensión en el ambiente.
—¿Qué carajos hacia acá ese?- cuestionó gritando cuando el invitado salió.
—Solo es un amigo, Joel, cálmate- pidió asustado por la reciente conducta.
—¡No!- gritó golpeando la pared- ¡No te quiero ver más con ese imbécil!¡O voy a empezar a creer que es tu amante, Yoandri!- advirtió mirándolo a los ojos.