—Despídete de papá, que no lo verás en dos meses amor- dijo el ojiverde a su hijo.
—Adiós papá, te amo mucho- dijo el mini rizado dándole un beso en la mejilla a su padre y luego fue corriendo hacia su niñera.
—Te amo campeón- dijo aunque sabía que el niño ya no lo escuchaba.
—Te vamos a extrañar mucho- informo el ojiverde revisando su celular que acababa de sonar.
—Yo a ustedes... ¿quién es?- cuestionó.
—Es Christopher, me dice que todas las funciones de la próxima semana están agotadas- dijo emocionado.
—¿Y porque te lo tiene que decir el y no la directora?- se quejó.
—Bueno, amor no se. Porque si ¿no puedes alegrarte por mí?- hizo puchero.
—Me alegro mucho por lo que estás logrando amor- lo abrazó de la cintura dejando pequeños besos en toda su cara.
—Y yo por ti- afirmó devolviéndole el abrazó.
Sonó un claxon afuera y supieron que era hora de separarse por dos meses más. Después de un par de besos Joel salió de la casa y subió al auto de su mejor amigo.
—Pon el auto donde no nos vean- pidió.
—¿Que?- cuestionó el castaño sin entender.
—Que pongas el auto donde no nos vean- exigió. Sin pedir más explicaciones este lo hizo.
El ojiverde se sentó en la mesa a revisar su celular, no tenía nada que hacer hasta que fuera hora de ir al teatro.
Recibió un mensaje que logró captar su atención así que con su celular en mano salió de su casa a la atenta mirada de su esposo que seguía escondido.
—¡Hijo de puta!- grito este golpeando sus piernas- ni hace media hora que me fui y ya está yendo con su amante ¡Jodido hijo de puta!¡Síguelo!- su amigo solo lo miraba sin decir nada- ¡Que lo sigas Johann, la puta madre!- seguía gritando.
El castaño sin decir nada hizo caso siguiendo al esposo de su amigo de lejos para que esté no lo notará. Vieron como entraba a una cafetería y frenaron ahí, tardaron un poco en volver a ubicarlo cuando ya estuvo dentro al hacerlo Joel golpeó la zona donde se encontraba la radio del auto.
—¡Es un sinvergüenza!¡Se encuentra con su amante media hora después de que me voy!¡Y encima en público!¡Hijo de puta!¡Hijos de puta!¡Mira como se miran, hijos de puta!- gritaba cada vez más enojado.
—Son compañeros de trabajo, tal vez se encontraron para hablar algo del teatro, no tienes que sacar conclusiones así como así. A demás ni tú ni yo podemos ver cómo se miran, estamos a cincuenta metros Joel, estas haciéndote una película que no existen- dijo Johann firme en un intento de calmar a su mejor amigo- ahora nos tenemos que ir, porque vas a llegar tarde y no necesitas llegar tarde al aeropuerto- decreto.
—¿Te pega?- le pregunto Christopher a su amigo- anoche sentí que había algo raro en el, cuando dijo que le parecía algo exagerado. Algo me dice que es violento, puedes confiar en mí.
—No, no para nada es violento- negó el ojiverde sonriendo- es un poco celoso, pero no es para nada violentó.
—¿Estas seguro?- el pelinegro asintió- debe estar celoso porque se da cuenta que me gustas- dijo sonriendo, el menor lo miro sin expresión- claro, me gustas y mucho, quiero cogerte. Y lo entiendo, si alguien quisiera cogerse a mí esposo también estaría celoso, pero no me pondría violentó.
—El no es violentó- murmuró Erick, aun sorprendido por la información.
—Voy a elegir creerte. Pero si llega a pasar algo quiero que me lo cuentes, tienes que saber que estaré siempre para ti- dijo acariciando su mano.
—¡Mira como lo toca!- grito el rizado, rojo de la furia- lo voy a matar- murmuró a punto de bajarse del auto, Johann se lo impidió poniendo el seguro a la par que lo agarraba del brazo.
—Tienes razón, tal vez Velez se le esté insinuando. Pero fíjate que Erick ni siquiera le sonríe, el te ama y nunca te haría eso- intento tranquilizarlo, vio cómo les dedicaba otra mirada para volver a sentarse- ahora, tenemos que ir al aeropuerto para que puedas irte a Europa ¿si?
—Antes quiero que me prometas que te vas a quedar en mí casa hasta que yo vuelva- pidió.
—Joel, no puedo hacer eso.
—¡Eres mí maldito amigo, hazme ese jodido favor!- grito volviendo a enojarse- si no lo haces no voy a ningún lado.
—De acuerdo- murmuró arrancando el auto.
