7.Colisión -[Ateez]-

18.Choi Jongho...

Una pequeña mueca atravesó su rostro cuando la aguja picho su piel, dejando que el contenido azulado rapidamente se introdujera dentro de su sangre y la aguja fue retirada. Solo bastaron diez segundos para que la sustancia hiciera efecto y sus pupilas se dilataran, la corriente eléctrica atravesara su cuerpo entero y su cabeza quedara completamente en blanco.

-Es hora-Dijo la voz ronca sacándolo de un empujón. 

Sintio como su cuerpo se volvia ligero con cada paso, apretando constantemente sus manos en puño y sacudiendo su cabeza un par de veces mientras sus músculos se tensionaban cuando llego frente a la cortina que lo separaba del bullicio.

-No me hagas perder dinero niño, quiero un maldito espectáculo, no que lo derribes al primer golpe-El hombre lo solto con brusquedad y empujo hacia el pasillo.

Los gritos parecían retumbar las paredes a su alrededor de una forma estruendosa, casi podrías creer que las viejas paredes se caerían a su alrededor.

Sus pasos eran firmes y su respiración pesada a la hora de comenzar a caminar hacia su destino, la adrenalina comenzaba a dispersarse por todo su cuerpo haciendo que sus manos temblaran inconscientemente.

El olor a cigarrillo y alcohol se colaban por su nariz haciéndolo aspirar fuertemente.

¡Jongho! ¡Jongho! ¡Jongho!

Sin embargo, habia un olor que reinaba en el aire por sobre todos los otros...el olor a sangre, aquello que desencadenaba millones de emociones con solo visualizarla en su cabeza, empezando por la confusión, miedo, enojo, pero sobre todo satisfacción.

Ese era el olor de la victoria.

Tronó su cuello y fue relajando sus articulaciones y músculos hasta llegar arriba del cuadrilátero y mirar a su contrincante. Un tipo de casi dos metros de altura, gran musculatura y sonrisa cínica.

Oh, Jongho se encargaria de borrar esa asquerosa sonrisa de su rostro para siempre y estaba seguro de que disfrutaria cada maldito segundo de eso.

Su brazo fue jalado con brusquedad haciendo que su cuerpo chocara contra las cuerdas y una áspera voz susurro en su oído con desprecio.

-Si ese bastardo no esta muerto para cuando termine la palea, yo te matare a ti ¿entendiste?

Jongho asintio sin siquiera mirarlo.

Su mandíbula se apretó y la voz del hombre en el centro se dejo escuchar.

-¡Tenemos una gran pelea esta noche damas y caballeros!

Los gritos llenos de euforia hicieron temblar el suelo bajo sus pies descalzos, algunos vitoreando su nombre y unos pocos el de su contrincante.

-Muy bien, solo tenemos una sola regla en este lugar, y es que... ¡No hay ninguna regla!-Grito el hombre levantando ambos brazos.

Las risas y gritos llenos de enojo se dejaron escuchar, haciendo que todo se descontrolara nuevamente.

-¡Que empiece el espectáculo!

La campana sonó anunciando el inicio de la pelea. En ese preciso momento algo pareció activarse dentro de la cabeza de Jongho.

El tipo frente a él se acerco con rapidez desde su derecha y sin perder tiempo solto el primer golpe en su mandíbula. Jongho retrocedió unos pasos perdiendo el equilibrio, sintiendo como el dolor comenzaba a esparcirse por esa zona.

El tipo sonrio burlón, manteniendo esa pisca de satisfacción en sus ojos al dar el primer golpe. El segundo al igual que el tercer golpe lo propino Jongho, uno justo en la mandíbula y despues en el abdomen, haciendo que el tipo retrocediera y gruñera enojado.