cinco

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Es viernes, el final de su primera semana. Sólo serán dos recesos y llegará por fin a descansar de toda esta alocada semana.

El primer bloque de clases, llega una alumna que está llorando.

Basta una mirada de Minki para que entienda que debe darles privacidad y no tarda en salir.

Mientras camina por el pasillo se arregla el cuello de su camisa, esta vez gris y a su mente viene el recuerdo de la gota de sangre que encontró en su camisa el día de ayer. Cayó con el puñetazo.

Decide de pronto explorar lo que aún no conoce y explora aulas y pasillos. Sus pies siguen el sonido de balones golpear el suelo.

Entra silenciosamente al gimnasio y observa a los alumnos en su clase de educación física. No es voluntario, pero lo encuentra, Jimin está en su ropa deportiva jugando baloncesto.

Es bastante bueno y el resto de la clase lo anima. Jungkook se arrastra despacio hasta las gradas y se sienta.

Jimin es realmente bueno, lo ve encestar bastantes veces. Tiene el cabello sudado y el cuerpo igual.

De pronto recuerda a Wheein "Es caliente ¿no?" Claro que lo es.

Todo estaba bien hasta que antes de encestar (de seguro), Jimin observó a su público, paseo su mirada y se topó directamente con los ojos de Jungkook.

Entonces se quedó inmóvil viéndolo. Y por supuesto, todos los demás siguieron su mirada.

Jungkook enrojeció, era como ser atrapado acosando a tu ídolo.

Muy despacio, se levantó.

—¡Hey, tú eres el ayudante de todo! —la voz del que supuso era el profesor detuvo su huida.— Ven, te necesito chico.

Jungkook no sabía decir que no.

Arrastró su pies frente al hombre y lo saludó con formalidad.

—Relájate muchacho. Sólo quiero que tomes el tiempo de los chicos mientras les grito, siempre pierdo la noción del tiempo y me engañan.

Jungkook fue sentado de vuelta en las gradas sosteniendo su celular con el temporizador mientras los alumnos corrían bordeando la cancha y literalmente, el profesor les gritaba cuando se atrasaban.

Jimin se alejó del grupo, el profesor ni le tomó atención, ni lo observó cuando se sentó junto a Jungkook, como si no existiera.

—¿Me acosas? ¿Eres mi protector cuidando que no me meta en problemas?

—Fue una casualidad.

—¿No te duele? —Jungkook lo observó con confusión. Jimin lo miro solo un segundo para luego continuar viendo al frente.— la mejilla.

—No, no pegas tan fuerte.

Era una broma sin gracia. Aún así Jimin rió.

—Tienes mucho talento para el baloncesto, deberías concentrarte en eso en vez de las peleas. —era sincero. Mucho.

—Ese hijo de puta se lo merecía.

—¿Yo?

Otra broma sin gracia.

Esta vez Jimin no rió.

—No quería golpearte.

—¿Tienes algún tipo de fobia con las disculpas?

Jimin se giró y le sonrió. Esa sonrisa suya estaba causando estragos en Jungkook.

—Yo no me disculpo.

—Ahora yo quiero golpearte.

Se sonrieron por un segundo.

—Quiero ver eso, niño rico.

La alarma del temporizador sobresaltó a Jungkook y este le hizo señas al profesor de parar.

Su ayuda ya no era necesaria así que se fue. Volvió al despacho y tocó antes. La muchacha ya no estaba.

En el primer receso, Wheein había estado esperando algo más emocionada que de constumbre.

—Se corre el rumor de que domaste a Jimin. ¡Que lo fuiste a ver a una clase y se quedó helado! —Wheein estaba histérica.

Por dios, ellos sólo habían hablado.

—No pasó así. Todos estaban sorprendidos de verme y no lo fui a ver.

Aún después de contar su historia, para Wheein era la mejor la versión de los demás.

Y las miradas ya casi eran costumbre, Jungkook ya ni las notaba, llevaban viéndolo toda la semana, pero hubo una que no obvió. Jimin lo observó tomar su café mientras limpiaba el patio. Lo supo porque Wheein lo informaba cada dos segundos.

Hasta Minki se entera, lo sabe por la forma en que lo ve. Aún así no dice nada. Hombre de muy pocas palabras.

Para el almuerzo, es todo totalmente distinto con Euna y Taeyeon llenandolo en preguntas. Jisoo fingiendo llorar y Jennie creando su propia historia.

Jungkook niega y se pone su red, concentrándose en servir con su sonrisa habitual como todos los días. Pero hoy no es un día normal.

Su cucharón queda en el aire al ver a Jimin sosteniendo una bandeja frente a él.

Él no comía aquí, no lo hace nunca según Euna.

—¿No vas a servirme almuerzo? —Jimin tiene una media sonrisa.

Jungkook aterriza y sirve con su habitual sonrisa, es su trabajo aunque se siente distinto.

Lo observa sentarse en una mesa solo. Frente a él, y mirarlo mientras se sienta.

¿Qué es todo esto?

Euna "murmura" junto a Taeyeon.

Las ignora sirviendo sonriente.

Cuando ya está seguro de que nadie vendrá, una bandeja es puesta sobre sus ojos.

Seokjin está sonriendo burlonamente frente a él.

¡Seokjin!

Jungkook abre sus ojos con sorpresa y sonríe, impulsandose en la mesa para golpearle el hombre.

—¡No sé nada de ti desde hace una semana! —se queja.— ¿Chicas puedo salir por favor?

Euna asiente y le ayuda a quitarse el delantal blanco y la red.

Jungkook cruza y vuelve a golpear a Jin. En cambio su amigo lo abraza y Jungkook enrojece porque están en un lugar muy público y no es correcto.

—Vamos afuera.

En el patio, se sientan en una banca cualquiera.

—Me pusiste aquí y desapareciste, mal amigo.

—Tener un novio es pesado. —Seokjin luce feliz y eso lo pone más feliz. Llevan mucho siendo amigos.

—Es pesado el servicio comunitario.

—¿Cómo te ha ido? Creíste que no te visitaría, quiero que salgamos cuando acabes aquí.

—Jungkook ya tiene planes hoy.

El nombrado se gira con sorpresa a ver a Jimin.

Este día se torna cada vez más extraño.

—¿Disculpa? ¿Tú quién eres? —Seokjin es hosco. De pronto Jungkook teme una pelea.

—¿Tú quién eres? —el desprecio de Jimin está enfureciendo a Jin, lo sabe al ver sus labios, los aprieta cuando está enojado.

—Jimin, esto es personal, por favor vete. —Jungkook no sabe que está ocurriendo pero no le gusta.

—¿Es tu novio?

—Es mi mejor amigo. Sal. —Seokjin luce tan amenazador como Jimin.

—¿Y ese idiota?

—Tengo tanto que contarte...

Everlasting |Jikook Adap.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora