Capítulo 8

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      Los días pasan y Avellaneda no va a la oficina. El diario se interrumpe el 23 de septiembre cuando Martín escribe “Dios mío, Dios mío, Dios mío”, pues no sabe nada de Avellaneda.

      Después de 4 meses, en enero, Santomé retoma su diario para reflexionar acerca de Avellaneda. Debido a la gripe, Avellaneda sufrió un ataque al corazón y murió. Cuando el tío de Avellaneda llamó a la oficina para decirle que ella había fallecido, Martín entró en estado de shock y lo mandó a la porra.

      Martín no sentía las fuerzas para escribir lo ocurrido en su diario, pero a partir de que lo retoma, hace un recuento desde que conoció a Avellaneda. Mientras estuvo con ella se sentía feliz, acogido y profundamente enamorado.

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