PANDORA

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Goku no sabía qué hacer, pues ciertamente estaba preocupado por su esposa, pero al mismo tiempo estaba muy emocionado e intrigado por ir a conocer al súper Saiyajin Dios, un ser que jamás imagino, no imaginaba que tipo de persona sería y menos cuán fuerte sería

Wiss al ver tan conmocionado al Saiyajin, pobre infeliz, sintió pena y decidió ayudar

- Puedes llevarla con nosotros – sugirió la divinidad

- Milk – le llamó emocionado ante el permiso, sin embargo, esta lo ignoro, suspiró con pesadez

Esa es la actitud que tomo desde el día que la encontró con su hermano, la interrogo mil veces, pero no obtuvo ni una sola respuesta. Se acercó a ella con precaución, la tomó del brazo, asi como a su hijo... Wiss no pregunto nada y teletransportó a todos

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Aparecieron en un lugar que nunca hubieran imaginado, un desierto blanco, desierto de lleno hielo.

Ante tan magnificencia, Wiss simplemente atino a sonreír

- será mejor que busquemos refugio – comentó tranquilamente, mientras avanzaba entre los acantilados congelados, que enseñaban peligrosamente puntas de hielo listos para atravesarte

- ¿Quién querría vivir en un lugar tan horrible? – murmuro Bills, mientras temblaba y caminaba detrás de su ángel, era bien sabido que el odiaba el clima frío

Rechinaba los dientes, maldiciendo a todos, no lograba imaginar en que parte de este lugar habría otro ser vivo aparte de ellos

Goku también empezó a seguirlos temblando de frío, ¿Qué tipo de ser le gustaría vivir en un lugar tan frio? Seguramente era muy fuerte

Milk rechina los dientes, no podía contener más su frustración, decepción y enojo; ese bastardo los había traído a ese lugar hecho de hielo, sin siquiera preguntarle, apenas podía sentir sus manos; para su suerte había logrado coger una manta, que había estado recogiendo

cubrió a su hijo y lo cargó, lo protegería

- Mamá – murmuro Goten preocupado, el frio era extremo, y su madre una simple terrestre – Mamá... Tú también estás temblando de frío – rebatió el menor, pero la fulminante mirada de la mujer lo callo, estaba enojada

Sus emociones eran tan fuertes que su cuerpo no era capaz de sentir los varios grados bajo cero que azotaba la zona

- ¿Qué queréis? – preguntó una voz infantil detrás de ellas, sobresaltando a los visitantes

- A mí nadie me habla así... - gruño tiritando por el frio – yo soy el Dios más poderoso del universo – rechino Bills intentando no temblar por la helada

- Aquí es Pandora y por estos lares al único qué se le debe respeto es a nuestro emperador – rebatió tranquilamente mostrándose ante los intrusos, siempre es lo mismo

Un adolescente, bien abrigado, de baja estatura, lo que cabreaba más al dios; un niño desafiándolo, mortales

- buenas tardes – se inclinó ella con respeto ante el pequeño habitante, no tenía idea de donde miércoles estaba; tampoco sabía si esos tipos le entenderían – Por favor podría brindarnos hospedaje – rogó sin soltar a su hijo

EL FANTASMA DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora