Regresé a mi cuarto pensando que era un sueño, recostándome sin cubrir mis pies, manteniendo mis ojos hinchados bien abiertos y fijos en la chica a mi lado y su aparente sueño perturbador. Diría que era mi mejor amiga, pero era realmente rara a veces y prefería evitarla en la universidad. Sin preocuparme por su estado vegetal y su rostro apenas visible por la penumbra, parpadeé tratando de volver a concebir el sueño.
Tres horas después, reí amargamente el notar que no podía dormir por más que lo intentara. Y todo comenzó a derrumbarse dentro de mi poca cordura al ver el reloj aún marcando las malditas 5:06 am.
"¿Esto es una broma?"
Decidí levantarme y salir a caminar una vez más, esperanzada en encontrar a alguien en movimiento. El cielo no era completamente oscuro, se había pintado parte de la vista con colores azules y morados. El bochorno que debía hacer no era, no sentía calor ni estaba sudando a pesar de llevar mi chaqueta. Todo era tranquilo, una madrugada llena de paz para alguien como yo.
Anduve como si fuera cualquier otro día, solo que silencioso. Recuerdo que me encontré con rostros conocidos en las calles, no haciendo nada, incluso vi al vecino que paseaba a su gato violento con correa cerca de la estación de trenes. Traté de usar mi celular, pero los videos no corrían ni los mensajes funcionaban. A veces el teléfono se atoraba, y la luz que usaba para alumbrar los rostros de los desconocidos era como tratar de iluminar marionetas en un teatro de cera.
Habían unos insectos horribles cerca de la casa más grande del vecindario, y un señor molesto con el periódico en sus manos y grandes ojeras aplastando a uno. Lo miré desde su ventana, notando que el señor iba a correr esa mañana, pero no lo consiguió gracias al extraño evento.
No, no era raro. No me importaba, y no tenía miedo aunque apretara más mi sudadera y ocultara mis manos llenas de rayones de lapicero por las notas de recetas que había tomado en clase la semana pasada. Aunque temblara y apretara los dientes, no era por susto. En realidad, todo eso era bueno para mí. Me sentía tranquila.
"Todos están muertos, Dios me ha escuchado. Eso está bien para mí".
Aquella madrugada, hice todo lo que quise. Fue alrededor de una semana en el mismo día, recorriendo la pequeña ciudad y la plaza central, llenándome de lo que quisiera. Las televisiones no funcionaban, mantenían la imagen congelada, así que leí todos los libros pendientes que tenía. Dormí en un gran hotel, cociné lo que siempre quise sin miedo a arruinar los ingredientes, y jugué con la cara de mi compañera dibujándole un bigote.
Hice tonterías que había olvidado, y me reí sola por todas las cosas de mi vida antes de ese día. Aún después de toda la diversión, subí al edificio más alto de la ciudad donde imprimían periódicos, me posé en el filo del lugar y miré la caída. Era hora de terminarlo, yo sabía que debía terminar. Me habían dado esa oportunidad, la oportunidad de matarme sin que nadie se interpusiera o lo notara siquiera.
Desaparecer del mundo y acabar con mi existencia. Fui bendecida de esa manera, recibiendo el coraje que me faltaba para acabar con los latidos de mi corazón. Pero hubo un problema cuando me percaté del vacío pausado y mi cuerpo moribundo, asustada por el silencio de la soledad. ¿Por qué querría matarme si ya todo estaba dormido? Ya no tenía que ser vista por nadie más, no tenía que escuchar las palabras y ya no tenía que sonreírle al mundo cuando me preguntaran si estaba bien.
Retrocedí, cuestionando mi decisión.
"¿Qué estoy haciendo?"
Solo fue un suspiro lo que dejé salir antes de verme cayendo cuesta abajo, impulsada por la fuerte palmada en mi espalda. Comencé a caer mientras gritaba, mi voz resonaba por el vacío silencioso del edificio paralelo. Yo parecía ir más rápido comparada con las cosas inanimadas a mi alrededor, incluso la señora de la limpieza del edificio que tenía una mueca de hastío antes de entrar a la impresora. Grité y grité de miedo.
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Pídeme un deseo.
Historia Corta"¿Vivir o morir? Cualquier cosa que quieras ser o dejar de ser estoy aquí para cumplirla. Vamos, pídeme un deseo". Eli despertó una madrugada de verano en el mundo pausado. Nada mostraba señales de vida, pero no se encontró perturbada. Todo era sile...