Capítulo 38

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El sonido de mi celular fue el que me hizo abrir los ojos, seguía recibiendo mensajes de felicitación por el concierto de la noche anterior, me moví en la cama y sentí la carta que me había enviado Tom, la leí una vez más –como si no ya me la hubiera aprendido de memoria- la doblé con cuidado y la acomodé en mi mesita de noche.

Revisé mi reloj y me di cuenta de que tenía el tiempo justo para llegar con James a tiempo.

Me puse un vestido rosa pálido que me llegaba hasta las rodillas, los zapatos más cómodos que pude encontrar y amarré mi cabello en una coleta, me miré al espejo una vez más antes de salir de casa, había usado muy poco maquillaje, pero debía admitir que lucía bastante agradable para la vista.

Acomodé mi vestido en un nuevo intento por dejar de pensar en lo que había hecho con Michael y la carta de Tom. Apagué mi celular, no sin antes enviarle un mensaje a James para decirle que iba en camino.

Una mirada más frente al espejo y finalmente llene mi ego. Abrí la puerta, corrí hacia el ascensor, no quería llegar tarde con James, al menos no por esta ocasión. Oprimí el botón para llamar el ascensor, lo oprimí tantas veces que pensé se me borrarían las huellas digitales, escuche un "ding" y corrí hacia la otra puerta, pero en cuanto esta se abrió se me fue el aire de los pulmones, se me olvido respirar durante unos cuantos segundos al ver a la persona que salía del ascensor.

–¿Estas bien?

Su voz sonaba preocupada y lo sentí extrañamente familiar, vi la puerta del ascensor cerrarse detrás de él y me sentí un poco mareada al ver mi única ruta de escape desaparecer.

–¿Sophie?

La voz de Tom me hizo volver a respirar. Ahí estaba Tom frente a mí, igual de guapo que la última vez que lo había visto, un poco más delgado y bronceado tal vez, y ahora utilizaba unos anteojos gruesos de color negro.

–Estoy bien, solo un poco sorprendida, lo siento.

Me sonrió, de aquella manera en la que me provocaba una sonrisa a mí también.

–Yo lo siento, debí llamar antes de venir, aunque esperaba que fuera una sorpresa y tenía miedo de que me pidieras que no viniera.

Su mirada lucía apenada y no pude evitar sentir un poco de ternura al verlo.

–Tú sabes que yo no haría eso

Respondí con una leve sonrisa.

–No quería arriesgarme

Su sonrisa se volvió más relajada, lo cual ayudó a que me relajara yo también.

Nos miramos durante unos cuantos segundos, poniéndonos al día con lo que había cambiado en el rostro del otro. El seguía siendo igual de atractivo y esperaba que el pudiera notar que el éxito profesional me había sentado bien hasta aquél momento.

–¿Puedo invitarte un café?

Preguntó él, mi mirada se iluminó con cierta emoción, moví la cabeza para acceder pero el rostro de James apareció en mi mente de inmediato.

–Oh, lo siento mucho, pero ahora voy de salida.

Su rostro se llenó de desilusión, aunque intentó disimularlo con una sonrisa.

–Debí haberlo sospechado, te ves hermosa

Sentí mis mejillas acalorarse y no pude evitar hablar por puro impulso

–Puedes venir conmigo si tú quieres.

Mordí mi labio de inmediato. ¿De verdad resistiría pasar tanto tiempo a su lado? ¿No había aprendido nada de lo que había pasado con Michael?

Love Song.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora