CAPÍTULO CINCO: LA PROPUESTA

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Capítulo 5: La propuesta

Mansión Onetto

La joven se encontraba en su despacho revisando algunos papeles que pertenecían a una misión que le fue encargada y por culpa de terceros algo salió mal.

Suspiro pesadamente mientras dejaba los papeles en la mesa y se masajeaba la frente. De pronto, tres golpes en la puerta la hicieron sobresaltarse.

-¡Pase! - La joven fijó su vista en su computadora.

- Con permiso - La voz infantil del joven conde se escuchó mientras entraba al despacho con su mayordomo detrás - ¿Para qué me necesitaba?.

- Siéntase por favor - Siara seguía sin despegar los ojos de la pantalla.

El conde se sentó y Sebastián se quedó parado a un lado.

- No voy a comenzar hasta que no te sientes Sebastián - Siara no los miraba, pero demandaba autoritaria.

Sebastián obedeció, se sentó en la otra silla que se encontraba frente al escritorio.

- Bien - Siara comenzó a teclear bajo la atenta mirada de ambos - Como usted ya sabrá, el favor que le está haciendo Lizbeth no es gratis - Siara al fin los miró - ¿Ella le comentó algo?.

- Así es - El conde puso su barbilla en una de sus manos y se recostó aburrido sobre esta. - Pero no me especificó qué...-.

Siara sonrió de manera algo macabra lo que alarmó al conde y despertó cierta curiosidad en el mayordomo.

- Estoy enterada que usted es "El Perro Guardián de la Reina" - El conde se incorporó serio en su silla - Y también estoy al tanto que sus "métodos" de ejecución son las más especiales - El demonio sonrió - Ya que no dejas un solo testigo o rastro.

- ¿A dónde quieres llegar? - El conde estaba intrigado.

- Quiero que me ayudes a eliminar unas cuantas ratas conde - Siara sonrió y cruzó sus manos mientras se recostada por el respaldo de su silla.

El conde la miró impactado, no se esperaba esto de ella. Sebastián por otro lado sólo sonrió de manera divertida.

- Y bien... ¿Qué dice? - Preguntó Siara algo ansiosa. - ¿Acepta?.

El conde lo medito un poco, dudaba mucho, seria exponer su más grande secreto ante ella... Aunque por lo que se podía apreciar, ella ya sospechaba la naturaleza de su mayordomo. No tenía otra opción.

- Bien - El conde contestó seco - Te ayudaré a deshacerte de algunas ratas -.

Siara sonrió aún más y le tendió la mano al conde el cual aceptó de inmediato.

- Muy bien, ahora - Miro a Sebastián - Dime que eres. - Si semblante se volvió serio.

Sebastián no dijo nada, simplemente cerró los ojos para luego volver a abrirlo con un color diferente, ahora eran de un rosa brillante con apariencia felina.

Siara soltó una carcajada - Eres... - Otra carcajada, el conde la miraba confundido - ¡Eres un demonio! - La risa de ambos era lo que se escuchaba en aquella habitación.

°SIGLOS° Undertaker ||Kuroshitsuji||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora