Capítulo 7

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Stiles abre los ojos, y se encuentra con un pastor alemán mirándolo fijamente. Stiles entrecierra los ojos confundido, y luego se da cuenta de lo que pasa. Está en la clínica de Deaton, en una jaula junto con un perro.

—Venga ya. —Murmura la chispa para sí mismo, luego saca la mano por las rejas e intenta agarrar la manilla que abre la jaula, pero se da cuenta de que hay un cerrojo bastante enorme. Intenta mirar qué demonios pasa, pero no puede ver más que las jaulas de enfrente con varios gatos y perros. —Maldito Deaton de mierda.

—Nunca me gustó tu forma de hablar. —Dice Deaton apareciendo de la nada, mirando a Stiles con una sonrisa que, aunque Stiles lo niegue siempre, le está dando miedo. —Tienes algo para mí, señor Stilinski. Si me das tu chispa, te prometo no hacer daño al pequeño Jake.

—Tocas a mi cachorro y te juro que te mato. —Dice Stiles apretando los dientes con rabia, mirando a Deaton cómo si quisiera acabar con él en ese mismo instante. —En cuanto salga de aquí, te aseguro que las pagarás.

—Uh, qué carácter. —Dice una mujer que aparece al lado de Deaton, rozando la mejilla del veterinario y haciendo que los ojos de este brillen naranja unos segundos. —Una chispa tan peleona. Sería mucho más sencillo que me dieras la chispa que te hace tan especial.

—¿Y tú quien demonios eres? —Pregunta Stiles, notando que su magia, aunque esté adormecida y no pueda hacer uso de ella, esté alertándole sobre esta mujer. —¿Qué le has hecho a Deaton?

—Alan intentó pararme, pobre iluso. —Murmura la mujer antes de sonreír. —Soy Jennifer Blake. He venido a Beacon Hills solo para dos cosas, tu chispa, y conseguir que mi venganza se cumpla.

—¿H-has hechizado a Deaton? —Pregunta Stiles, y sintiéndose mal al instante por haber pensado tan mal del veterinario. El perro que está con él en la jaula lloriquea y se acerca a él, ofreciéndole consuelo. Stiles inconscientemente comienza a acariciar la cabeza del perrito, y sin dejar de mirar a la mujer.

—No importa si he hechizado a este druida de pacotilla o no. Ahora vamos a ver cómo me vas a dar tu chispa. Porque si no lo sabes, las chispas supremas no pueden perder su magia si es robada, debe ser entregada libremente. —Dice Jennifer, y sonríe de una forma demasiado suave que hace que la piel de Stiles se erice. —No sé qué podemos hacer para que me la entregues. Tal vez probar a ese lobo tan atractivo y melancólico, o acabar con ese cachorro con esos ojos tan bonitos, tal vez volver a matar a la loba resucitada, disparar al sheriff, cortarles el cuello a esos lobos... Oh, qué infinidad de oportunidades, ¿no crees?

Stiles se niega a decir una sola palabra, sin saber muy bien qué hacer. Ahora mismo, su mejor oportunidad sería lograr deshacer el hechizo de Deaton y trabajar juntos para acabar con esa perra que quiere tocar a su manada.

—Dejaré que pienses en lo que vas a hacer. —Dice Jennifer antes de hacer que Deaton y ella salgan de la zona de jaulas, dejando a Stiles a solas con los animales enfermos. La chispa cierra los ojos y se centra en intentar forzar su magia, intentando despertarla e intentando que funcione, pero parece aletargada.

—Sabes qué, doggie, esa perra piensa que ha ganado y que me tiene contra las cuerdas. —Dice Stiles al perro que comparte jaula con él. El perro lo mira fijamente antes de volver a tumbarse y dormitar. —Si, tienes razón. Lograré salir de aquí.

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Derek escucha a Stiles llamándolo desde el cuarto del cachorro, y cuando llega, gruñe al ver una sombra acechando a la chispa, salta hacia ellos, pero cae al suelo y ve como Stiles y esa sombra desaparecen de la nada. El lobo saca el móvil y llama a su tío.

—Se lo han llevado. Una sombra negra. No sé qué hacer, un huele a nada. —Dice Derek más gruñendo que hablando, pero su tío lo entiende perfectamente. Peter sabe lo que significa la chispa para el lobo, y por ello intenta tranquilizarlo.

—Vuelve al loft. Iré llamando a la manada para hacer un plan. —Dice Peter antes de colgar. Derek agarra las cosas de su cachorro antes de volver a su Camaro sin Stiles. El lobo intenta no pensar en el silencio tan horrible que hay en el coche sin Stiles, dándose cuenta de lo vacía que es su vida sin la chispa.

Al llegar al loft, deja la maletita sobre su cama, y sin pensarlo mucho, agarra a Jake de los brazos de Laura, y lo abraza con fuerza, enterrando su nariz en los cabellos de bebé de su cachorro.

—Cuéntanos qué ha pasado. —Dice Laura al ver que Derek solo abraza al cachorro, con los ojos cerrados y gruñendo suavemente para relajar al cachorro. —¿Derek?

—Llegamos a su casa, y olí a la manada Alpha en la habitación de Stiles, pero no había nadie. Luego le dije que se quedase conmigo, y mientras yo guardaba sus cosas, Stiles guardaba las de Jake. Lo oí llamarme, y cuando fui había una sombra envolviéndolo. —Dice Derek con su ceño fruncido. —No olía a nada, ni nadie. Se evaporaron así sin más.

—¿A nada? ¿Cómo se quita el aroma por completo de alguien? —Pregunta Erica con el ceño fruncido, pensando en cómo demonios ha pasado esto cuando por fin han conseguido que Derek y Stiles tengan su cita.

—Con magia. —Dice Peter cruzándose de brazos, pensando en todos los seres que pueden esconder su olor con o sin magia. —No sé, me viene a la mente un Darach.

—¿Qué es un darach? —Pregunta Scott. —¿Eso no es una especie de druida que usa magia negra?

—Si. —Dice Derek, y luego cae en la cuenta de algo mirando a Peter. —El sheriff sale en dos horas de trabajar, tío Peter. Le he enviado un mensaje diciéndole que se quedará contigo en lo que su casa vuelva a ser segura.

Derek entrecierra los ojos de forma sospechosa cuando Peter salta al haber escuchado las palabras de su sobrino, e intenta esconder una sonrisa victoriosa y feliz, luego vuelve a poner un rostro estoico y serio y asiente sin decir nada más.

—Uh. —Dice Laura sonriendo de forma perversa, buscando a Stiles para intercambiar una mirada, pero entonces cae en la cuenta de que no está, y frunce el ceño. —¿Cuál es el plan? Es evidente que el darach es Deaton. Deberíamos ir a la clínica y patearle el trasero por haber secuestrado a nuestro emisario.

—Bien. Vayamos a la clínica. —Dice Derek antes de girarse y mirar a Isaac. —Tú te quedas para cuidar a Jake junto a Laura. Ambos cuidáis de mi cachorro, así que espero que sepáis lo que hacéis.

—Der-bear, yo cuidaba de ti cuando solo eras un bebé. Sabré cuidar de mi sobrino. —Dice Laura cuando Isaac está a punto de protestar. —Isaac y yo cuidaremos bien a Jake. Ahora ve y rescata a tu princesita.

Derek gruñe, pero sale del loft hacia los coches tras haber preparado un plan para rescatar a Stiles, y entonces, mientras conduce, nota que Erica sonríe y mira a su Alpha.

—¿Der-bear? —Pregunta Erica antes de reírse al mote. —Ya verás cuando se lo cuente a Stiles.

El verano de Stiles |STEREK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora