«Te estoy esperando Alex. ¿Por qué no respondes?»
«Los ravioles se van a enfriar, son tus favoritos».
«Alejandro me estás preocupando. ¿En dónde estás?»
Él optó por apagar su celular para ignorar por completo los mensajes de Lorena. Lo guardó en su bolsillo y volvió a mirar la puerta del apartamento de Evelyn. Llevaba aproximadamente media hora sentado en el piso, afuera, esperando junto a su guitarra.
Finalmente decidió ponerse de pie, tomó la guitarra y su valor para volverse a acercar a la puerta. Tocó tres veces con la mano, Evelyn abrió y lo miró, negándose con la cabeza.
—Pensé que era el repartidor con mi cena. ¿Qué haces todavía aquí?
—Tengo algo que contarte.
Se hizo a un lado para dejarlo pasar, Alex entró al departamento y dejó sobre el sofá la guitarra, guardándose por ahora lo que tenía que decir. Evelyn se quedó en la puerta recibiendo la pizza, Alejandro regresó para ayudarla a sostener la caja mientras terminaba de pagar y una vez que ella cerró la puerta, se encaminó hacia la cocina.
—Disculpa pero tengo hambre. ¿Quieres?
—Sí, somos dos.
Evelyn regresó con dos platos y entonces Alex abrió la caja de pizza, negándose con la cabeza, sonriendo porque seguía pidiendo la misma después de tantos años.
—Y te sigue gustando la pizza con piña. —Comenta Alejandro, mirándola tomar un pedazo.
—Sí, ¿y?
—Nada, algunas cosas nunca cambian. ¿Cierto?
No respondió, mordió su pedazo de pizza y se dedicó a comer en silencio. Alex sabía que a Evelyn no le gusta hablar durante la comida, le gusta disfrutar de lo que come y prefiere guardarlo todo para esos veinte minutos que suele tomarse como reposo.
Ella estaba bebiendo agua mineral cuando recordó que Alex regresó a su apartamento diciendo que tenía algo que contarle.
—Y bien, dime. ¿Qué era eso que tenías que contarme? ¿Me interesa realmente?
—Probablemente, depende de cómo lo veas tú.
Alex tomó una servilleta de papel para limpiarse y después bebió un poco de agua mineral, impacientando a la curiosa Evelyn que ahora imaginaba mil escenarios posibles sobre lo que tenía que contarle.
—Vamos Alejandro, ¡ya dime!
—Bien... Me voy a divorciar de Lorena.
—¿Qué? ¡¿Por qué?!
—No está funcionando más. —Comenta Alex con seriedad, dejando el vaso de cristal sobre la mesa—. La quiero, pero no estoy enamorado de ella. Ya no me veo con ella a futuro.
—¿Tiene algo que ver conmigo?
—Todo.
Alejandro se puso de pie y caminó hasta el otro extremo de la mesa, acarició su rostro y pasó lentamente su mano a través de sus cabellos, mirándola a los ojos.
—Siempre has sido tú, Evelyn Arciniega.
Rozó sus labios y ella correspondió al beso casi inmediatamente. Se separaron sólo cuando ella decidió ponerse de pie, rodeó el cuello de Alex con ambos brazos y volvió a besarlo, con pasión en demasía, como si fuese la última vez que pudiera hacerlo. Alejandro subió a Evelyn a la mesa y continuaron con esa sesión de besos que pintaba para algo más.
—Espera...
—¿Qué sucede?
—No. No puedo hacerlo con esto en tu dedo. —Evelyn toma la mano de Alex, mirando su anillo de matrimonio—. No quiero tener esa sensación de ser la otra, ¿entiendes?
![](https://img.wattpad.com/cover/122883098-288-k358539.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Asignatura pendiente
RomanceAlex nunca pudo olvidarla, Evelyn se convirtió en un sueño recurrente durante los últimos diez años en los que no supo de ella. Hasta que una noche llegó el momento de mirarla nuevamente a los ojos y solo así entendió que hay amores que nunca se van...