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"Haces mi mundo más bonito aunque no lo sepas".

.—anónimo—.


..

Lo observó pasar frente a él, con su rostro cabizbajo y sus libros fuertemente apretados a su pecho.

Vestía de manera sosa y su rostro lo llevaba tapado por unos grandes lentes de aumento y algunos mechones castaños de cabello.

A simple vista era la representación visual de todo un nerd. Y estaba seguro que de no haber sido por aquel día ya hace unos meses ni siquiera le dedicaría medio pensamiento. Pero aquello había cambiado, él sabía que bajo esos enormes lentes y largo cabellos castaños se ocultaban unos hermosos ojos perla, un rostro redondo y de mejillas sonrojadas, unos labios pequeños y rojos cual carmín. Y una sonrisa que había sacudido su mundo entero.... y hasta su sexualidad.

Desde ese día en el que descubrió aquella hermosa sonrisa simplemente no pudo sacarlo de la cabeza, siempre lo estaba buscando con la mirada, sintiendo celos al ver a otros acercarse y también un ridículo sentimiento de propiedad. No le había tomado mucho entender aquellos sentimientos, pero habría preferido seguir en la dulce ignorancia a saber la verdad.

Le gustaba Hyūga Neji.

Le gustaba el chico raro de su salón.

Le gustaba un hombre.

Se había molestado consigo mismo en el momento en el que se dio cuenta de aquellos sentimientos, negándolos fervientemente, y hasta aislándose de los demás con tal de dejar de sentir aquello que para él estaba malditamente mal. Y es que él era Uchiha Sasuke, y a un Uchiha no le podían gustar los hombres. JAMÁS.

—¡Oh! ¿Ese de ahí no es Neji?.—escucho la chillona voz de Naruto preguntar junto a él, observando también al pequeño Hyūga caminar apresuradamente.

—No te atrevas Naruto.—advirtió al observar como levantaba su mano con la intención de llamar al causante de sus problemas.

Naruto lo observó con una sonrisa maliciosa haciendo que todo su cuerpo se tensara.

—Lo prometiste Dobe.—le recordó con un gruñido haciendo que Naruto borrará su sonrisa inmediatamente y lo observará apenado.

—Ya, calma dattebayo.—susurro con una sonrisa incómoda.

—Hmph.—fue su única contestación.

No presionar. No tocar el tema.

Aquellas habían sido sus únicas condiciones para salir de su encierro, de la seguridad de su habitación. Naruto las había aceptado sin rechistar, y era por eso que él se encontraba ahí, nuevamente, intentando volver a la normalidad de su día a día aún con la idea de que estaba enamorado de un hombre.

—Sabes, aún no entiendo cómo siquiera te llegó a gustar.—comento Naruto unos minutos después dándole un mordisco a la hamburguesa en sus manos sin apartar la mirada de Neji.

Lo volteo a ver con la desconfianza y amenaza brillando en sus oscuros ojos.

—Yo soy hombre también y estoy más bueno que él.—señalo con su mirada a Neji.—Yo debería ser quien te guste, me conoces de toda una vida, soy guapo, rubio, de ojos azules, piel bronceada, sexy, atractivo, con excelente sentido del humor, alto, atlético, ¿ya dije guapo?. Bueno la cosa es que no entiende por qué no te gusto. Soy lo que a todo homosexual le gustaría como novio.—termino de decir con orgullo y cero humildad.

—¡¡Vete al diablo Dobe¡¡.—gruño dándole un fuerte zape en la cabeza y haciendo que la hamburguesa cayera de sus manos.

Regresar y contarle su secreto a Naruto. Ambas habían sido muy malas ideas.


—¡¡Vete al diablo Dobe…!!

Escucho un grito que la sobresaltó por lo que asustada volteo su mirada a su alrededor en busca del dueño o la causa de aquel potente grito. No duro mucho en encontrarlo.

Eran ellos Uchiha Sasuke y Uzumaki Naruto. Sus compañeros de clase.

Una pequeña sonrisa se pintó en sus rojos labios al observar al rubio sobarse la cabeza en donde Uchiha lo había golpeado, a la vez que murmuraba algo que sus oídos no llegaron a escuchar.

Lo observó unos segundos antes de sentir nuevamente su móvil vibrar en su bolsillo, por lo que apurando nuevamente el paso corrió en busca de un lugar en el cual poder hablar a solas y en privado.

—¡N-Neji-nissan!.—susurro escondida en un salón desierto, recargando su espalda contra la pared a la vez que intentaba normalizar su respiración.

Hinata-sama, ¿Está usted bien? Se oye un poco agitada.—escucho la voz preocupada de su primo haciendo que una pequeña sonrisa se formará en sus labios, mientras negaba.

—E-estoy bien, es sólo que las fajas me aprietan un poco.—se excusó sin borrar su sonrisa, enternecida por la preocupación de su primo.

Un suspiro se escucho al otro lado de la línea.—Le prometo que pronto tendrá que dejar de fingir que es hombre, en cuanto logré atrapar a Tōneri usted podrá regresar. Se lo juro. Mientras tanto solo resista Hinata-sama, todo estará bien.

La sonrisa en sus labios de a poco se fue borrando, a la vez que sus perlados ojos se empañaban.—Gracias Neji-nisan.—susurro.—Gracias por no dejarme sola, gracias por protegerme.—susurro con agradecimiento.

El silencio se hizo al otro lado, hasta que después de unos segundos que parecieron eternos la voz de su primo volvió a oírse.

Hinata-sama, usted no tiene nada que agradecer. Esto lo hago por qué la amo.—susurro su primo con voz ronca haciendo que su corazón doliera un poco y la lágrimas finalmente se deslizaran por sus mejillas.

—Neji-nissan…

Lo sé, Hinata-sama, yo lo sé.—susurro su primo con resignación, antes de cortar la llamada dejándola con un sabor amargo en la boca.

Soy GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora