Ha pasado tiempo de la última vez que vine aquí. Releer las otras cartas también me hizo sentir un poco de nostalgia, recordar buenos y malos tiempos a veces es necesario.
No pensé que en algún momento tendría que escribirte a tí, es algo duro para ser sincero. Tampoco creo ser capaz de plasmar todo lo que siento en palabras, hay tantas cosas revueltas en mi cabeza que me es difícil pensar con mucha claridad, además, lo que ha pasado últimamente tampoco ayuda.
Creo que aún lamento no haber ido aquel sábado.
Cuando te conocí fue un momento tormentoso de mi vida. Pasaron muchas cosas en poco tiempo y mi cabeza estaba que explotaba. Un par de personas llegaron, tú entre ellas, otro par de personas salieron y definitivamente unas cambiaron. Lamentablemente con tu llegada surgieron muchos problemas, pero definitivamente no me arrepiento de ella.
No tengo ningún recuerdo en particular importante contigo, porque para serte sincero, todo lo que has hecho en mi es importante. Me ayudaste a ver cosas que para mi era imposible de imaginar, me apoyaste en los momentos más duros sin importar tu situación y lograste dentro de mí un cambio que nadie más a podido hacer, lograste hacer que me quisiera.
Dudo mucho que después de todo lo que ha pasado podamos volver a lo que alguna vez hubo. El solo hecho de pensarlo me hace muy feliz y triste a la vez ya que sé los problemas que conllevará. Me gustaría mucho hacerlo, pero no quiero poner más carga sobre tus hombros.
Me duele mucho pensar que probablemente esta sea la última vez que te dirija unas palabras tan cercanamente, pero creo que es lo correcto.
Te amo y adiós, las 2 frases más difíciles de decir para mí, dichas a la misma persona.
Te amo. Adiós.