I Need U [Kim Taehyung]

Capítulo 2.

A la mañana siguiente me alisté al igual que acomodé todos mis útiles. Tomé tres mandarinas del frutero para guardarlas en mi mochila, planté un suave beso en la mejilla de mi abuela y salí del apartamento.

–¡Eh Soojin-ah!.- el castaño agitó sus manos de un lado a otro en cuánto me vió bajar las escaleras.-¿Estás lista?

–Hola Tae. Hola unnie.-Sonreí a la pelinegra que se encontraba a un lado de Taehyung.

–Hola Soojin.- peinó un mechón de cabello detrás de su oreja y sonrió sutilmente.- muchas gracias por la comida de ayer, la disfruté mucho.

–¿Ah?... No, no. No es nada en realidad.- le resté importancia con una mano mientras bajaba las escaleras.- Perdón por haber tardado, me quedé dormida.

–¿Tú?¿Quedarte dormida? Nooo ¿qué va?

El castaño habló con sorna al escuchar mi comentario, a pesar de que yo sabía que tenía razón, no pude evitar fulminarlo con la mirada. Taehyung en cuanto vió mi expresión se escudó rápidamente detrás de Hee-Young, acto que hizo reír a la pelinegra.

–Cobarde.-bufé.

Lo único que pudo hacer el chico como defensa fué sacar la lengua de forma tan tierna que me hizo olvidar el por qué me había enojado con él. Así era esto, Taehyung hace algo estúpido para cabrearme y luego lo arregla actuando de forma jodidamente linda.

–¡Yah!¡Hee-Young!.

Los tres giramos la atención de donde provenía el llamado, eran las amigas de Hee-Young que estaban esperando a que se les uniera.

–Me tengo que ir muchachos, los veo en la salida.

–¡Espera unnie!.-me quité mi mochila de la espalda y rápidamente saqué una de las mandarinas que había guardado anteriormente.- Esto es para tí.

–Oh... Soojin-ah...

La pelinegra me miró conmovida por el gesto que estaba teniendo hacia ella, dudó por un momento si sería correcto aceptarla, sin embargo tuvo que elegir sin tardar más, pues sus amigas acababan de llamarla por segunda vez.

–Gracias.-esbozó una enorme sonrisa y agitó su mano de un lado a otro mientras se dirigía hacia el grupo de chicas.-¡Adiós!

–¡Yah!¿Y para mi no hay?.- un puchero apareció en su rostro.

–Sí, también traje para tí. Pero no te la daré hasta que sea hora del receso.

–Eish que niña tan grosera.

Me encogí de hombros y reí en mis adentros ante los berrinches del castaño, quien no paraba de azotar con fuerza sus pies contra el pavimento para que todo el mundo notara su enojo.

Ambos nos adentramos al edificio donde pasábamos nuestras constantes torturas. Lo único bueno de esto es que ambos estábamos en la misma clase, así que podíamos pasar el rato haciendo tontería y media, como lanzarnos notitas o dibujos, e incluso haciéndonos gestos bobos tan solo para provocarnos risas entre nosotros.

–¡Date prisa Soojin!¡Quiero alcanzar a la repartición de costillas picantes!

El castaño tiraba una y otra vez de mi brazo para pasar entre toda la multitud de alumnos que estaban dirigiéndose hacia el comedor. Para nuestra suerte además de que es viernes, el día de hoy sirven costillas picantes en la cafetería. La única desventaja es que debes llegar temprano si quieres alcanzar tu porción, pues no todos tenían el  honor de consumir tan deliciosa comida como esa ‹Por que ha decir verdad los otros días de la semana, la comida no es tan buena›. Después de haber empujado, haber aventado manotazos, haber soltado patadas ‹y haber perdido unos cuantos mechones de cabello› para llegar lo más adelante que pudiéramos de la fila, por fin nos encontrábamos en la mesa con nuestra charola bien servida de costillitas picantes.