Un desayuno diferente

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Podemos tú y yo ser amigos... El pelinegro tenía sus manos unidas frente a la chica pelinegro, luego siente que se va elevando y alejando de ella. ¡Hiro! ¡Hiro! La pelinegro lo llamaba.

-¡Hiro! ¡Despierta!-gritaba una pequeña niña en la parte de abajo, Hiro empezó abrir los ojos con pesadez, se dio la vuelta en el piso-¡El desayuno!

-¡Hiro a desayunar!-gritó la tía Cass, su voz se escuchaba a las afuera de la cafetería.

-Buenos días, Tomako-dijo adormilado arrastrándose hasta el principio de las escaleras, abajo brincaba una pequeña niña de piel morena, ojos achinados, amplia sonrisa y vestida con un saco algo llamativo.

-Hiro ya despierta-dijo con su mano en forma de saludo para ir a la cocina.

Hiro se levantó entrando a su habitación, ya no tenía casi nada, no tenía cama, televisión, juguetes, sus historietas, todo eso ya lo había dado. Miró hacia un lado y se dio cuenta del calendario con "X" hasta el día "15 del mes", lo tomó en sus manos y lo acomodó, con un lápiz y un papel escribió los demás días y lo dejó colgando de un lado de su cuarto.

La tía Cass cocinaba un desayuno delicioso para su sobrino, huevo frito con tocino, sirvió el huevo en un plato; Tomako comía un pan con gusto, mientras los tres veían como por el umbral de la puerta caminaba una pelinegro de cabello amarrado en un moño.

-Ya me voy-se despidió la joven mujer.

-Mami cuida te-se despidió la pequeña morena, Hiro asintió con la cabeza.

-Ve con cuidado-dijo Cass despidiéndose también. Luego volvieron con lo suyo, Cass le sirvió el plato a Hiro con una sonrisa-Aquí está tu desayuno.

-Gracias por la comida-agradeció con una voz algo apagada, luego tomó unos palillos para comer.

-Disfruta lo-dijo Cass sentándose, Hiro le dio un mordisco a su desayuno, luego fijó la vista en su tía.

-Dime ¿por qué estás tan contenta, Tía?-preguntó él al ver como su tía sonreía muy amigable.

-Pues...Porque-dijo ladeando la cabeza con su sonrisa, luego bajó la mirada en busca de algo, le enseñó el sobre de dinero-Te haz esforzado en tu trabajo de medio tiempo, incluso vendiste tus cómic, tu ropa y tu cama. Y yo aprecio mucho tu esfuerzo.

Miró el sobre nostálgica, Tomako se iba a bajar de la silla, Hiro la toma en brazos y la ayuda a bajar, su tía deja el sobre en la mesa y mueve un poco el tocino.

-Por cierto, Hiro-dijo con serenidad mirando el tocino-¿Por qué intentaste suicidarte?

-Ah, hum... Es sólo que últimamente me han pasado muchas cosas-dijo mirando hacia la mesa, luego forzó una sonrisa-Pero que te puedo decir.

-Lo sabía-dijo dejando su tono calmado a uno más tenebroso, Hiro retrocedió en su silla casi cayéndose de ésta-¡Ya lo sabía, maldita sea! ¡Sabía que algo te estaba pasando! Tu cuarto estaba extrañamente asiado y tu teléfono estaba apagado ¡Además de que se trata eso de ese calendario tan siniestro! Todas las páginas después de Abril fueron arrancadas.

La castaña tomó el sobre y el encendedor en su manos, con una mirada amenazante hacia el pelinegro.

-A menos de que me prometas que no te vas a suicidar yo voy a quemar este dinero. El millón setecientos mil que conseguiste con tu sudor y lágrimas-Hiro miraba con terror a su tía nunca la había visto tan impotente, no tenía palabras en ese momento, únicamente recordaba aquel día donde su oreja sangraba y ella lo miraba con aquella leve sonrisa-¡Oye al menos me estas escuchando!

-Oye no seas tan tonta-salió de su trance, la miró a los ojos.

-¡Tú eres el tonto! ¡Acaso intentas matarme!-gritó ella manteniendo la amenaza del sobre con su manos.

-¡Espera! ¡Lo siento!-Dijo Hiro levantándose de su silla, Tomako miraba la escena como si fuera algo gracioso, Hiro trató de llegar a donde su tía evitando que quemara aquel sobre-No, realmente lo siento. No lo haré ¡Lo juro! ¡Perdona me!

-¿Qué es lo que vas a dejar de hacer? ¡Dímelo!-gritó casi llorando. Hiro se arrodilló en el piso con la cabeza agachada, Tomako no entendía que estaba pasando, bueno lo que tiene son tres años.

-¡Ya no voy a intentar suicidarme! ¡Ya no voy a suicidarme!-exclamó casi llorando. Sollozó cansado, sintiéndose verdaderamente mal.

-¿Lo prometes?-dudó un poco su tía, ya calmándose.

-¡Te lo prometo!-dijo con la cara cubierta por sus manos. Cass sonrió alegre.

-Es una promesa ¿De acuerdo?-dijo tranquila con sus ojos cerrados, por accidente acerca la llama de fuego al sobre y este se va quemando. Hiro levanta la mirada.

-¡Tía el dinero!-se alarmó Hiro, Tomako señalaba el sobre.

-¡Ah!-exclama soltando el sobre, éste cae en donde se cocinaba frito el tocino. Hiro trata de tomarlo con la mano, Tomako por su lado trataba de subirse a la silla.

-¡Ah! ¡Me quemo! ¡Me quemo!-dijo tomando su mano. Todos estaban alarmados, Hiro se va en busca de agua-¿Dónde hay agua? Apaga el fuego.

Hiro se quita la camisa y comienza a golpear el fuego con esta, varios quejidos de su parte sonaban en la casa. Su tía estaba muy mal, sólo observaba como su sobrino apaciguaba el fuego.

Una voz silenciosa-Koe no Katachi [Adaptación] CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora