Llegaste tu Capitulo 2 (Juliantina)

Si acepto

-¿te acuerdas de nuestro primer beso?- Me pregunto Juliana mientras tomaba una raza de café.

Habíamos decidido desayunar solo ella y yo en uno de los restaurantes del hotel, tener un poco de tiempo a solas antes de la boda.

-¿como podría olvidarlo?- sonreí -siempre dije que tu primer beso pudo ser mucho mejor- admití 

-lo fue- sonrío -fue algo curioso- hizo una pausa -lo vi venir, recuerdo que tenia días poniéndome nerviosa contigo y esa noche, la manera en la que te acercaste antes de que hablara tu hermana, por un momento pensé que soñaba, que alguien tan hermosa como tu no se iba a fijar en mi-

-ni yo entiendo que me paso esa noche, no había tomado y sin mas empece a coquetearte- me tape el rostro con mis manos

-me alegra que lo hicieras y que estuvieras consciente de eso-

-¿recuerdas que un día antes habíamos ido a una fiesta?- ella asintió mientras seguía desayunando -ese día yo tome por nervios, ya tenia en mente decirte que algo me estaba pasando contigo, pero al final de la noche mi poca coherencia me hizo no hacerlo, merecías que te dijera las cosas bien, no quería que pensaras que solo lo decía por haber tomado-

-si lo note- sonrió -¿quien lo diría?-  

-¿que?- pregunte

-que terminaría casándome con mi compañera de cuarto- sonaba tan bien eso que no pude evitar sonreír

-amor- hice una pausa -tengo algo que darte- saque de mi bolsa un estuche, lo abrí y al verlo Juliana comenzó a llorar de emoción

-mi brazalete- lo tomo entre sus manos -todos estos años pensé que lo había perdido-

-yo pensé que lo habías dejado en casa-

-¡no!- exclamo -es verdad que cuando me fui, no pensé en muchas cosas, pero al llegar al hotel y no encontrarlo llore por días-

-estaba en la casa, tirado bajo la cama-

-todos estos años lo guardaste tu-

-si- estire la mano para que me lo diera y se lo pusiera -aveces estos objetos son mas que eso, resguardarlos es cuidar la promesa que hay detrás de ellos, incluso el recuerdo- sonreí al terminar de colocárselo -esa tarde en NY te hubiera querido proponer matrimonio en ese mismo instante, porque todo era tan perfecto entre las dos-

-pero éramos muy jóvenes-

-exacto- afirme -sentí que aun no era el momento y no me equivoque, hoy me vuelvo a sentir como ese día, veo que todo lo que pasamos valió la pena y por primera vez en mucho tiempo me vuelvo a sentir como aquella Valentina que traía una sudadera igual a la de mi hermosa novia y frente a todo Time Square te hizo una promesa-

-de alguna manera no rompiste esa promesa- me sonrió tomando mi mano 

-hay promesas que aunque las personas ya no estén, no se pueden romper-

-afortunadamente esta no es una de ellas- sonreímos las dos 

-te la doy para que la uses en la boda-

-me agrada la idea- sonreía mientras la observaba -espera- dijo de la nada -¿y tu dije?- pregunto asustada, yo sonreí ante eso y lo saque de entre mi ropa

-nunca lo deje de usar-

-¿siempre lo has traído?- su cara de sorpresa no se iba

-no siempre lo traigo puesto pero técnicamente siempre va conmigo- sonreí

-prácticamente nos prometimos lo mismo- comento

-hemos pasado por tantas cosas- sonreí ligeramente -y miranos aquí- tome su mano