Capítulo 24. Perdido

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Capítulo 24

Marcus 

Me encontraba sentado sobre la dura camilla donde había dormido los últimos dos días, nadie había venido a verme aparte de mis padres y cuando digo nadie me refiero a la chica de curvas peligrosas, pelo corto y pecas en las mejillas, Theresa ni siquiera me había llamado y sabía que estaba aterrada pero eso no apartaba la rabia que crecía dentro de mí, me odiaba ahora mismo por no poder apartar el deseo inmenso de verla, envolver mis brazos en su cintura y besar sus carnosos labios, pero yo no sería el que volvería ella ya lo había hecho una vez, ahora ella tendría que regresar a mí.

—¿Cómo te sientes hoy? —Pregunto el doctor Falls había sido muy agradable conmigo durante todo el proceso pero eso no apartaba la amargura dentro de mí y el hecho de era probable que esta operación que no cambiara nada, quería decirle que me encontraba hecho una mierda pero me forcé a sonreír y lo mire con mi ojo bueno.

—Bien—sonó cortante pero hice mi mejor esfuerzo.

Se acercó un poco más a mí y coloco su tablilla encima de la camilla, comenzó a desatar la venda que me cubría la mitad de la cara me advirtió que sería doloroso, mi ojo había pasado demasiado tiempo en la oscuridad y un mísero rayo de luz podría lastimarlo, aunque me dijo que eso sería bueno un indicio de que mi visión podría volver pronto. Mis padres se encontraban acomodados en el sillón del rincón en absoluto silencio, los dos se pusieron de pie al mismo tiempo acercándose despacio a nosotros, debía admitir que mis padres tenían la paciencia de Dios, porque soportarme como hijo provenía de una fuerza mayor.

Solté un pequeño quejido cuando el doctor Falls quito la última capa de aquel vendaje y sentí un temor inmenso recorrerme todo el cuerpo, hoy era una de esas veces donde mi capa protectora se venía abajo y me había hecho la idea de que nunca recuperaría la vista de mi ojo pero enfrentar la realidad era otra cosa muy diferente.

— ¿Puedes tratar de abrir tu ojo?—Pregunto Falls y escuche como mi madre contenía la respiración y también percibía que mi padre la aferraba mucho más a él.

Comencé abrir mi ojo despacio sentí un escozor poco soportable y lo volví a cerrar pero mi médico me indicio que volviera a intentarlo. Al principio todo fue penumbras y luego el entorno se tornó borroso pero entonces divise un rostro no estaba perfectamente difuminado pero si era la sombra de un rostro y esta persona llevaba una bata blanca, era Falls ahora podía ver su cara expectante a la espera de que yo dijera algo.

—Lo veo—Dije con la emoción palpable en mi rostro pero trate de ocultarla—No está del todo claro pero sé que está ahí.

Mi madre se apresuró a mi lado y pude al fin verla por completo en más de dos meses, sus ojos estaban llorosos y no sé porque pero lleve las manos a su rostro mojado y limpie las lágrimas que se acumulaban allí, me abrazo con delicadeza y dejo un corto beso sobre la frente y le agradecí de manera silencio porque aunque no tenía amigos, cosa que me había ganado yo, lo tenía a ellos dos y sabía que aunque tenía una actitud de mierda nunca me dejarían solo.

—Entonces eso solo significa que la operación ha sido todo un éxito—Falls me apretó el hombro de manera complaciente—Pero debes cuidarte y tratar de no exponer tu ojo, usar estas gotas que te voy a indicar para que cicatricé la herida y lentes oscuros hasta que pasen unos buenos 5 meses, después de eso puedes volver a tener una vida normal—Lo mire y una triste sonrisa afloro en mi rostro.

Porque ya nada era normal pensé para mis adentros, pero si trataría de por lo menos comenzar a ser el mismo de antes aunque no sabía si podría, me decía a mí mismo que no podía estar hecho una mierda por una chica, más cuando se trataba de una que nunca pensé desear como lo estoy haciendo ahora. Theresa Moon se había metido bajo mi piel desde la noche de Halloween, yo sabía con certeza lo que hacía estaba más que claro a quien me estaba llevando a la cama, pero en aquel momento seguía siendo el Marcus Lowell de mierda que todos conocían y nunca le admitiría a nadie que esa noche había tenido el mejor polvo de mi vida y que me moría por volver hacer con ella. Theresa me gusto desde el primer momento que la vi en nuestra primera clase y me jure desde aquel día tratarla como la mierda, pero ahora todo aquello me estaba golpeando demasiado duro y me sentía perdido en esta lucha.   

Truco o Trato (Chicas Gordas #2) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora