EL HERMANO DE MI AMIGA

cap.11

-gafas de sol?-afirmé señalando a mi cabeza donde estaban mis gafas de sol.
-mapa
-Alanis estamos en el siglo 21 existen los gps's
-tienes razon-volvió a mirar a la lista que tenía entre las manos
-biquini?-afirmé de nuevo
-condones
-Alanis!!
-que?! nunca se sabe, hay que ser precavida.
-Alanis no seas una paranoias y bajad ya que vamos a perder el avión!!! -Alex estaba abajo con su maleta ya entre sus manos y Rosa estaba con él en la entrada para despedirse de nosotros.
-bueno niños pasadlo muy bien, espero que todo vaya bien y que os divirtáis mucho, traedme algún recuerdo si? y por favor sed responsables...-nos dio un beso a cada uno y nos subimos al coche de mi padre, el nos llevaba al aeropuerto.
-bueno chicos sed responsables, por favor Alex cuídalas bien si?
-no se preocupe están en buenas manos.-Alex le dedicó una dulce sonrisa a mi padre y nos pusimos a caminar hacia la puerta de embarque. Una vez en el avión nos tuvimos que separar, Alex y yo íbamos en un asiento separados de Alanis que le tocó con un italiano bastante guapo, pero el pobre iba a tener que aguantar a Alanis unas cuantas horas, me compadezco de él.
-pobre hombre, no va a sobrevivir-Alex se puso a guardar nuestras maletas en el compartimento de arriba y tenía su vientre pegado a mi cara, no pude evitar ponerme roja. El avión ya estaba a punto de despegar y ya todos nos sentamos en nuestros sitios, yo me puse una película en el monitor del avión y Alex se puso a dormir, una hora después noté como su cabeza se apoyaba en mi hombro. Este viaje iba a ser largo, muy largo.
-Alanis
-Alanis por dios levántate el pobre hombre quiere bajar del avión-Alanis estaba haciéndose la dormida en el hombro de aquel italiano que al parecer se llamaba Marco, era alto, de pelo castaño y ojos verdes, estaba bastante bronceado y de cuerpo la verdad es que no estaba nada mal, tenía una cara muy tierna, y por lo que vi era bastante agradable, Alanis no lo dejaba levantarse, no hasta que llegamos nosotros y le aguamos la fiesta.
-grazie mille-el italiano se levantó y se puso frente a mi-ci vediamo in giro belli - al escuchar la palabra hermosa salir de su boca me puse roja y miré directamente hacia Alex que lo miraba fijamente a los ojos, El italiano cogió su maleta y salió del avión, después de una pareja de ancianos que salieron detrás de él salí yo junto a Alex y a Alanis.
-casi lo tenía enamorado, te acercaste tu Cía y lo arruinaste-Alanis me puso cara de asco-siempre te llevas a los guapos...-Alex carraspeó y seguimos andando hasta la salida del aeropuerto donde nos esperaba un coche que nos iba a llevar hasta el hotel. Nada mas llegar deshice la maleta y coloqué toda mi ropa en el armario, yo y Alanis dormíamos juntas en una habitación y Alex dormía en otra separada de la nuestra.
Alanis se había tirado en la cama y yo seguía colocando nuestro equipaje bien colocado en el armario, fui al baño y dejé allí mi neceser junto al de Alanis. Rato después escuchamos que alguien llamaba a la puerta, Alanis no se levantó a abrir la puerta así que tuve que hacerlo yo, y era Alex que estaba ya listo para irnos a la plaza a pasear y mirar algunos monumentos y museos.
La tarde trascurrió rápido, estábamos sentados en la terraza de una cafetería, Alanis había entrado al baño y cuando salió salió acompañada de un grupo de extranjeros como nosotros.
-Chicos! este grupo de chicos pregunta si nos apetecería ir con ellos a una discoteca que hay cerca de aquí por la noche, dicen que ya sería la segunda vez que van y que está increíble.

Alex y yo nos miramos y luego miramos al grupo de chicos que parecía que pertenecían a un equipo de futbol, volvimos la mirada para Alanis que me miraba con esos ojos de cachorrito a los que yo, y por lo visto Alex no nos podíamos resistir, así que a la vez y como leyéndonos la mente dijimos:

-por qué no? Estamos de vacaciones, que puede salir mal?

Llegamos al hotel después de una tarde exhaustiva de turismo junto al grupo de futbolistas, Alanis nada más llegar se encerró en el baño para prepararse para esta noche

-Alanis sigues viva? por favor dame una señal de que aun vives.

-ja ja ja-me separé de la puerta del baño con una sonrisa y me dirige hacia la habitación pero alguien tocó la puerta y tuve que ir a abrir.

-aún estás así vestida?

-tu hermana sigue en el baño...

-aún?-yo afirmé con una expresión cansada.

-bueno, puedes ir así, tu estas preciosa con lo que te pongas.-Alex se acercó a mi, y yo tenía unas ganas tremendas de hacer lo mismo que él pero no podía, no podría perdonarme hacerle daño a mi mejor amiga, que digo mejor amiga, mi hermana.

-estas loco si piensas que me atraes aunque sea un poquito.

-niégamelo-me puso esa sonrisa, sabéis? Esa sonrisa que hace que tu corazón te juegue una mala pasada, pero cuando pensé que mi corazón no podía aguantar otro golpe como ese, se acercó más a mi, se acercó tanto que podía sentir su respiración mentolada erizándome la piel, como es posible que un simple gesto como ese pueda crear tantas cosas en mi-dilo.

-no-me miró atento, su sonrisa se borró y pasó a un tono serio-no me gustas-entonces su mirada se unió con la mía y ambos pasamos a quedarnos completamente quietos en esa posición, ninguno de los dos movió siquiera un músculo. La habitación se sumía en el silencio.

-lista chicos, Cia te toca-Alanis miró a su hermano que tenía una expresión bastante seria.-estás bien?

-no creo que vaya con vosotras esta noche no me encuentro bien, estoy bastante cansado, pasadlo bien con los futbolistas-enfadado salió de la habitación sin dejar que su hermana le pudiera decir nada.

-bueno pues quedamos tu y yo, estas lista?

-Alanis lo siento pero estoy muy cansada..

-estas de broma verdad?-la verdad es que no me apetecía salir de fiesta, solo quería meterme en cama, no quería hacerle daño a Alanis pero hacerle daño a Alex también me hacía daño a mi misma

-bueno vosotros os lo perdéis panda de aburridos, no me esperéis despiertos.-se puso la chaqueta y se acercó a la puerta.-voy a despedirme de Alex y me voy que ellos ya están abajo en recepción-escuchar su nombre fue como si me clavaran una daga directa en el corazón, en cuanto Alanis salió de la habitación sentí como si todo se me callera encima, me puse a llorar sin poder contenerme y me tumbé en la cama, tapándome la boca como intento fallido de parar, relajarme y no pensar en él, en ella, en que haga lo que haga alguien saldría mal parado, y lo peor es que, por un lado, o por el otro yo perdería a un de los dos, yo saldría mal parada en ambos los dos casos, no sabía que hacer, entonces, todos los recuerdos pasaron por mi cabeza.