Capítulo 9

1K 38 6
                                    

- Ana, no me tienes que dar explicaciones si no quieres, él tiene derecho a rehacer su vida como yo tengo derecho a rehacer la mía. Ahora solo estamos intentando volver a recuperar la amistad del pasado y creo que ya nos llega... No está siendo nada fácil... Todavía se me vienen a la cabeza muchas cosas del pasado... -. Dije para tratar de explicarme.

- Aitana... No es que no quiera darte explicaciones, es que no hay mucho que contar, es lo que te acabo de decir, Lara siempre ha estado por Luís pero él no quiere... -. Insistió.

- Vale, pero si supuestamente Luís no quiere nada con ella ¿Qué pintaban hoy juntos hacia Zaragoza? Simplemente por curiosidad eh... No vayas a pensar que es por otra cosa... -. Respondí.

- Pues si Luís canta allí esta noche será para ir a verlo cantar. Lara siempre ha querido ir a un concierto de él e irá al de Zaragoza... Estate tranquila que no va a haber nada entre ellos... Hazme caso -. Dijo para animarme.

- Bueno y aunque llegara a pasar, a mi me daría igual. Yo no soy quien para mandar en la vida de mis ex... -. Dije para tratar de convencerme poco a poco.

- Anda chica mala, vamos hoy a la tarde a dar una vuelta por ahí, aprovechando que es domingo y nos despejamos algo ¿Te parece? -. Me propuso.

- Pues sí por favor... Lo necesito... Estos días estoy algo agobiada y necesito salir de estos bucles continuos... Entre unos y otros me vengo abajo enseguida... -. Comenté.

Por lo que esa tarde la pasé con Ana. Ella sabía como animarme en los momentos de bajón. No estaba siendo una semana fácil. Entre lo de Marc y lo de Lara, se estaba acabando la semana de una de las peores maneras.

Al llegar la noche, me fuí para mi casa. Necesitaba descansar después de un día de relax. Al llegar me puse el pijama y decidí hacer una pizza que tenía en el congelador. Hasta ni cocinar me apetecía.

No paraba quieta. Todo me agobiaba. Daba vueltas por el pasillo de casa mientras se iba calentando el horno y otras vueltas sonaban en mi cabeza.

El teléfono estaba sonando. Era mi madre. Decidí cogerlo ya que si no enseguida se iban a preocupar.

- Hola mama... -. Dije descolgando el teléfono.

- Hola hija, ¿Cómo te va? -. Me preguntó.

- Bien, estoy haciendo la cena y en nada me iré a dormir porque estoy demasiado agotada, necesito descansar -. Respondí.

- Haces bien hija, descansa mucho que lo necesitas ¿Qué tal el trabajo? -. Añadió.

- Bien, mañana voy a los estudios otra vez y el jueves vuelvo a tener concierto, ya sabes que poco paro quieta -. Le comenté con risa.

- Lo sé hija... Pero se te ve tan feliz encima del escenario que lo compensa, disfruta y descansa. Nosotros también nos vamos a dormir -. Me dijo.

- Buenas noches, dale besos a papá también -. Añadí.

- Vale, ya se los doy. Te quiero -. Me dijo colgando el teléfono.

Me adentré en la cama y traté de dormir. Aunque me costó coger el sueño. Eran las tres de la mañana y todavía seguía despierta.

Noté vibrar el móvil. Era Luís. Me asusté un poco al ver sus llamadas a esas horas de la madrugada.

- ¿Sí? ¿Luís? -. Descolgué preocupada.

- Hola Aitana ¿Te molesto? -. Me dijo.

- Estoy ya en cama intentando dormir pero no doy, a si que no, no molestas -. Le respondí.

Volver a vernos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora