s e n s i b l e

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Una de las tantas especialidades de Jimin era confortar a las personas con su dulzura y paciencia. Jimin era como una pequeña cajita llena de sorpresas que ocultaba muchas cosas, aunque casi todos sabían de lo bueno que era con todo el mundo.

YoonGi solía recibir todo el amor de Jimin cuando se sentía triste o estresado en aquella dura semana, aquel día en que había sido despedido de su único trabajo y había discutido con sus padres. Sentía que todo estaba saliendo mal y su único alivio era su hermoso novio quién lo esperaba con sus bracitos abiertos.

Ese mismo día llego luego de llamarlo contándole todo. Abrió la puerta sin ánimos revolviendo sus cabellos y de inmediato viendo a su bonito novio con una mueca triste, justo como lo imaginaba abriendo sus brazos hacia él. Soltó sus cosas y caminó lentamente hasta el amor de su vida, envolviendo su cintura con sus brazos y ocultando su cansado rostro en su cuello, sintiendo como el menor se aferraba fuertemente a su espalda y susurraba.

–Todo volverá a estar bien Hyung ¿si? ya no te preocupes, yo estaré junto a ti.

–Lo siento Jimin.

Se disculpó. Porque había estado distanciado a él por sus problemas, porque no podía darle todo lo que quería. Y lloró silenciosamente en la calidez del pequeño cuerpo.

Jimin se separó del abrazo negando muchas veces, tomando su triste rostro en sus manitos acariciando sus mejillas, limpiando sus frías lagrimas. –Hyung por favor, no pidas disculpas te lo ruego, aunque todo sea difícil para ti juro que estaré a tu lado y te ayudaré. No pido nada más que tu amor, no necesito que me hagas feliz con otra cosa, t-te amo mucho Yoonnie, todo estará bien. —

El menor lloró al ver a su amado en aquel estado, odiaba verlo así, su corazón dolía pero lo cuidaría aun así.

[...]

Luego de unas horas se encontraban en la cama, abrazados cálidamente, solo abrazándose sin decir nada más, sin moverse de su lugar.
El mayor se encontraba entre las piernas del menor apoyado suavemente en su pecho, sobre aquel suavecito suéter con delicadeza pues no quería lastimarlo. Jimin solo se dedicaba a mimarlo.

Aquellas manitos y los latidos del corazón de su novio eran la calma de YoonGi.
Los pequeños dedos se paseaban por sus cabellos, luego acariciaban su nuca y cuello, y cuando ambos querían se separaban para besarse dulcemente.
El contacto de sus manitas con las suyas también lo calmaba. Entrelazaba sus dedos con los de su menor y prometía no soltarlo jamás porque lo necesitaba a su lado.

YoonGi no necesitaba más. Sólo el amor de su pequeño que acariciaba su rostro y limpiaba sus lágrimas de tristeza.

💕

manitas » yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora