Capítulo 2: Conflicto interno

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Narradora:

El moreno finalmente llegó al aula, pero la de cabello azabache ya no se encontraba ahí, lo que aumentó su nerviosismo...

''¡OK, estoy muerto!'' Pensó, dirigiéndose a la Biblioteca, con pasos rápidos.

Al llegar y entrar en esta, observó a la chica sentada en una de las mesas, con dos pilas de libros en cada extremo. La mirada que ésta le clavó, en cuanto lo vio entrar, hizo que el castaño tragara grueso. Respiró profundo, y se acercó con lentitud, mientras en su mente iba formulando mil y un disculpas, para al menos, sobrevivir ese día... ¡No quería dejar viudo a Armin!.

-Ehhh... Jeje, eh... Mikasa, yo... Se me pasó el tiempo, y...- Se cortó a sí mismo, cuando la chica entrecerró los ojos, advirtiéndole con la mirada que se callara, y luego, con un leve movimiento de cabeza, le indicara que comenzara a leer y a investigar la otra pila de libros, que había en su lado de la mesa.

El chico suspiró, no sabiendo si sentirse aliviado o más asustado...

Todo el tiempo restante, se la pasaron investigando y leyendo. Eren recargaba su cabeza en uno de sus brazos, el cual estaba apoyado encima de la mesa, mientras leía con aburrimiento cada línea del libro que sostenía con su otra mano...
A diferencia de él, su novio era excelente para leer libros, por eso era muy inteligente, y sabía muchas cosas. Era uno de los mejores de su clase, por lo que para él no sería complicado hacer este tipo de proyectos.
Sonrió, al recordar a Armin... ¡Si tan sólo tuvieran más tiempo juntos, él podría ayudarle a culminar con la mayoría de sus deberes!...

Al pensar en eso, su sonrisa se desvaneció, siendo reemplazada por un gesto de tristeza...

Mikasa obviamente se dio cuenta de esto, y suspiró decidiendo dejar de lado su lectura. Miró fijamente al chico, y se reclinó un poco sobre la mesa...

-¿Cómo va todo con Armin?... ¿Cómo te fue hoy con él?...- Preguntó, en un tono algo suave.

El oji-jade cerró el libro, y suspiró de igual manera...

-¡Pues... Ahí vamos!... ¡Lo mismo de siempre!... ¡Ya sabes cómo es!- Contestó, de una forma que denotaba no querer explicar aquello, que de todas maneras, ella ya sabía.

La chica de ojos azules, asintió...

-¡Ya veo!...- Hizo una breve pausa- ¿Entonces, porqué estás tan triste?- Volvió a preguntar, intentando que el castaño se desahogara.

Éste bajó la mirada, soltando un suave suspiro...

-¡Ya sabes, todo siempre es igual!... ¡Me pregunto si alguna vez va a cambiar!... ¡Lo único que quiero es estar con mi novio, pero... La verdad es que ni novios parecemos!...- La miró- ¡Y sí, ya sé que me lo has dicho, y sé que tienes razón... Fui yo el que aceptó esto!, ¡Pero...!...- Hizo una larga pausa- ¿Qué te puedo decir?, ¡Lo amo, Mikasa!, ¡Lo amo demasiado!... ¡Y pues... El que nosotros sepamos que nos amamos... Es suficiente!, ¡¿No?!...- Trató de convencerse a sí mismo.

La chica de cabello negro, suspiró...

-¡Sé que lo amas, Eren!, ¡Demasiado, a decir verdad!, ¡Tanto como para sacrificar tus deseos, tus sueños, y romper tus convicciones así!... ¡Sólo alguien que ama de verdad, estaría dispuesto a hacer algo así!... ¡Renunciar a su propio bienestar, por pensar en la felicidad de la otra persona!...- Dejó su frase al aire.

El moreno la observó, alzando una ceja... ¿Qué estaba tratando de decir?...

La conocía muy bien, y sabía que sus palabras ocultaban un doble sentido...

-¿Qué quieres decir, Mikasa?...- Le preguntó, de manera directa.

Su mejor amiga bajó los hombros, dudando en sí decir lo que quería decir...

¡A veces, el amor no es suficiente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora