Capítulo 5: ¿Las cosas no van a cambiar?

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Narradora:

Era un día de sábado, y el castaño esperaba ansioso, al mismo tiempo que emocionado, a su novio. El rubio por fin (Y de milagro) había logrado convencer a sus padres para que le dieran permiso de salir a la calle a despejarse y caminar, y así salir de lo cotidiano... ¡Y en cuánto lo logró, le mandó un mensaje a Eren, mismo que borró al instante luego de ser enviado!.

Su madre había cedido un poco más rápido que su padre, en un principio... Pero después de establecer razones, reglas, y hora límite, finalmente le dejaron salir solo... ¡Hurra, aquello era toda una proeza!...

¡Ni siquiera se lo creían!...

Estando al aire libre, el oji-jade lo esperaba en una esquina algo escondida, para no levantar sospechas, alegrándose de por fin verlo a lo lejos, acercándose con algo de rapidez, al lugar acordado. Llevaba puesto un suéter gris con una capucha, para intentar cubrirse un poco la cara, y así evitar que los demás lo reconocieran. El moreno llevaba un suéter con capucha, algo similar, sólo que de color verde...

Al estar ya uno frente al otro, se sonrieron...

-¡Hola, amor!- Eren lo saludó, con alegría.

-¡Hola!... ¿Llevas mucho tiempo esperando?...- Preguntó, de la misma forma.

-¡Un poco!...- Se rió- ¡Te ves muy bien con ese atuendo!- Le halagó.

-¿Ah, sí?... ¡Jeje, pues... Gracias!... ¡A ti también se te ve bien!- Le aduló, con un leve sonrojo.

-¡Lo sé, a mí todo se me ve muy bien!... ¡Soy guapo por naturaleza!- Trató de bromear, para aligerar un poco el ambiente.

-¡Y tan modesto!- Remarcó el otro, con ironía.

-¡Gracias!- Le guiñó un ojo, siguiéndole el juego.

El oji-zafiro volteó a ver hacia todos lados...

-¡Eren, hay que apresurarnos... O pueden vernos!...- Le avisó, con cierto temor.

El más alto de los dos, suspiró con cierta tristeza...

-¡Vamos, entonces!...- Le indicó.

-¿Estás bien?...- Preguntó, mientras caminaban para dirigirse a otro lado.

-¡Sí, Armin!... Es sólo que... Bueno... ¡Me pregunto hasta cuándo vamos a seguir ocultando lo nuestro!...- Lo observó- ¡Entre más tiempo pasa, más me enamoro de ti!... ¡Y más me cuesta esconderlo!...- Expresó, con una leve sonrisa.

El rubio bajó la mirada, sintiéndose un poco mal...

-¡Disculpa, Eren!...- Habló, con tristeza.

El otro le observó, algo confuso...

-¡No, no te disculpes!...- Le sonrió, algo apenado- ¡Sé que estás haciendo tu mayor esfuerzo!, ¡Y realmente me hace muy feliz, el que estés conmigo en este momento!- Aclaró, de forma sincera.

El oji-azul sonrió, sintiéndose algo mejor...

-¡De verdad que me costó mucho convencer a mis padres... Pero al final, valió la pena!- Le miró, con ojitos brillantes.

El contrario le observó, de la misma manera...

-¡Te amo!- Expresó, con dulzura.

-¡También yo te amo!- Sonrió con cariño, mientras se sonrojaba.

Eren colocó al más bajo, contra la pared, y le besó, acariciando su mejilla. Armin correspondió al beso, olvidándose por un momento de sus nervios y del resto del mundo. El castaño rodeó con sus brazos, la delgada cintura del rubio; Y éste a su vez, enredó sus brazos alrededor del cuello del más alto, profundizando el beso.
Un beso sin reservas, que transmitía los sentimientos del otro... ¡Cielos, cómo se amaban esos dos!.

¡A veces, el amor no es suficiente!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora