17.¿ Y qué pasa si no quiero ir a mi casa, Yoons?

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—Hola mamá.—susurró TaeHyung a la mujer inconsciente, sobando su cabello y respirando su aroma a pesar de que todo tuviera olor a hospital.—¿Cómo has estado? Yo he estado muy mal.—Se respondió solo—Me haces mucha falta en casa. Incluso un regaño por partir mal el pan.—una lágrima traicionera bajó por su mejilla—Mira aquí que he te he traído un lindo lienzo blanco para que pintes.—sacó la tela de si bolso poniéndolo a la altura suficiente como para que ella lo viera, incluso si sus ojos seguían cerrados.—Te lo ha comprado indirectamente Yoons, el novio de Jimin. Además se ha burlado cuando le conté que aún seguía dibujando niños con palitos y bolitas... ¿puedes decirme por qué no heredé tu talento?—le preguntó con una sonrisa triste.—Pero no me quejo, mamá. Gracias a ti y al estúpido que no quería tenerme, heredé una belleza única, eso según Jeon.—Suspiró cansado—Y es que, mami, he estado haciendo cosas malas. Cosas que tú nunca me permitirías hacer pero no te preocupes porque no es con alguien que me haga daño. De hecho me trata bien y paga por mi compañía. Es muy guapo pero no está dispuesto a darlo todo por mi.—Volvió a guardar el lienzo en su bolso y le tomó la mano a su madre para darle palabras de despedida, pues ya era hora de largarse a hacer compras.—Quiero que despiertes madre, te extraño. Ahora tengo que irme pero regresaré a verte cada que pueda.

Le besó el dorso de la mano y salió dejando el bolso pero antes asegurándose de sacar su billetera donde guardaba la tarjeta que Jeon le había dado para hacer compras en uno de los markets más costosos pero con comida de calidad.

Salió del hospital con los ánimos abajo, sin ganas de caminar. Cogió un taxi, con miedo porque ya eran casi las nueve de la noche y gracias a que el clima estaba helado, las calles estaban vacías, sin mucho rastro de personas.

El señor del taxi no dejó de hablar acerca de un partido político que estaba perdiendo las elecciones solo por un grupo de personas que inventaban cosas estúpidas. TaeHyung sonreía incómodo hasta que escuchó un comentario que no le gustó.

—Y ese hombre fue prostituto. ¿Se imagina usted, joven, un prostituto de gobernador solo porque la gente ahora cree en la libertad? ¡¿Qué libertad!? ¡eso es libertinaje!

TaeHyung se quedó pensando, que bueno que había comprado un celular de manera reciente como para googlear con facilidad la noticia.
Y todo informaba que literalmente ese chico había sido un prostituto en sus años mozos de juventud. Que su vida estaba llena de drogas y fiestas. Que había participado en orgías y que circulaba un vídeo en las redes sociales. Un vídeo de esos donde se le ve con dos hombres haciendo el renombrado "unicornio". Pero no solo eso, también hablaba de los buenos cambios que el hombre había hecho, que tendía a separar muy bien su vida privada de la profesional y que se tomaba muy enserio su trabajo.

¿Entonces qué estaba mal?

El hombre había cambiado, ¿No?

—Pero es que el hombre ha cambiado, entiendo que ahora quiera recabar en la doble moralidad de la sociedad.—Dijo TaeHyung comentado por lo bajo.

El señor soltó un gruñido, como que las palabras de TaeHyung no le agradaran en lo absoluto.

—No, tú solo eres un niño.—O sea, se acabo el usted, el respeto—¿Qué avances podría hacer alguien como él si no legalizar la prostitución? No, no que asco.

TaeHyung no quería discutir, no ahora que su ánimo no era el mejor.

—Bájeme aquí.—Ordenó en medio de la carretera, donde los demás autos pasaban y los edificios estaba cerrando.

El hombre obedeció, no quería discutir con un niñato que apenas y sabía contar hasta diez.

—Son 10 dólares...—Le dijo parando el taxímetro.

TaeHyung abrió la boca ofendido.
—No te voy a pagar, en primera esa cantidad es exagerada para apenas tres cuadras y segundo, no paraste de hablar ni un solo momento. Yo no pedí explicaciones de la situación del país. Así que buenas noches y muchas gracias.

TaeHyung se bajó del auto y él conductor no perdió el tiempo en bajarse y rodar el auto para enfrentarse al chiquillo que no iba a pagar su carrera.

—Ah, no no. Tú no te vas de aquí hasta que no me pagues.

El hombre lo tenía agarrado del brazo, y en fuerza no igualaban en nada.

—No, yo no quería un loro parlante. Yo pedí transporte de calidad.

—Pero esto es lo que hay. Así que te conformas y me pagas.

—No voy a pagar.

—Entonces alguien tiene que pagarme.

Estaban reclamando que si iba a pagar o no que no se dieron cuenta cuando un maserati rojo se parqueó en la acera. TaeHyung no conocía a alguien con un auto de tal porte. Quizás Jimin, pero era imposible porque él tenía un Lamborghini rojo. Y el de Jeon no era parecido ni por cerca.

—¡Págame o llamo a la policía!—Advirtió el hombre con voz grave.

La mirada de TaeHyung regresó al señor que parecía querer matarlo.

—¡No te voy a pagar nada!—Gritó frustrado.

—Págale, TaeHyung...

TaeHyung giró asustado al escuchar esa voz. Era el mismísimo Yoons. La persona que se había tragado su batido verde.

—Suéltelo, yo voy a pagar por él.—dijo sacando un billete de cincuenta dólares de su cartera.

Antes de darselo, TaeHyung se tiró para detener la mano que ofrecía el billete, pero el señor era listo. Estiró la mano por arriba para alcanzarlo rápido y se metió al auto arrancando sin regresar el cambio.

—¡¿Pero que has hecho!?—le gritó sin dejar de verlo con el ceño fruncido—¡Ese hombre no se merecía ni un solo centavo, Yoons!

YoonGi se río, burlándose quizás.

—¿Y acaso no te trajo hasta aquí? Ese hombre merecía su pago.

—Sí, pero no merecía cincuenta. Pero claro, el rico siempre humillando al pobre.—Dijo con sorna pero con gracia.

—Ya solo olvídalo, y vamos que yo te puedo dar un aventón hasta tu casa.—soltó queriendo regresar por su camino.

—¿Y qué pasa si no quiero ir a mi casa, Yoons?—Le preguntó TaeHyung en tono coqueto.

YoonGi volteó su mirada rápidamente hasta posarse en el cuerpo y los ojos del flacucho chico. El niño estaba jugando con fuego.

—Entonces no vamos a ir a tu casa.

Sugar Daddy©●AUYoonTae● ●MYGxKTH●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora