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008. Solo los cobardes se van.

El día amaneció nublado, TaeHyung era fiel creyente que cuando el día era gris, no podía pasar nada bueno y menos después del pleito de sus padres. Descubrir aquella verdad no era motivo para deprimirse, él estaba muy seguro que sus padres a pesar de todo, lo amaban por como era y querían lo mejor para él. Además TaeHyung sabía que cuando las personas estaban enojadas decían cosas dolorosas sin medirse, sabía que su padre no era un mal hombre y sabía que su madre a pesar de ser tan formal lo amaba como a ninguno.

Era afortunado de tener lo que tenía. No se iba a quejar.

La mañana para ir a clases le pegó tan rápido como ninguna otra, su estado anímico era el mismo sin embargo el temor era grande, le preocupaba que Jimin abriera la boca en frente de Jin para contar acerca de la noche anterior, en todo caso él se iba a negar de todo lo que le dijera.

Entonces cogió sus cosas y se fue, en la escuela comería algo dado que la casa estaba ausente de sus padres y comer solo no le apetecía.

Estaba llegando temprano si tomaba la ruta corta, por lo tanto decidió irse por el camino largo, tranquilizarse un rato y pensar bien. Como los Dioses nunca estaban a su favor, en el camino se topó con el grandioso Jeon JungKook.
A veces pensaba que ese hombre lo acosaba o algo por el estilo, entonces luego llegó a la conclusión de que el camino largo daba por completo a la casa del hombre.

Como un tonto se puso la mano en la frente, un gesto de que venía haciendo constantemente.

El auto negro le pitó de largo, no tuvo de otra que girar la cabeza y saludar amablemente. Y como una gran sorpresa, está vez el señor Jeon no iba solo, dentro del carro iba la señora Jeon y el hijo, MinJae. 

Giró sus ojos cuando vio al hijo molesto pero ni modo, ahora ya estaba ahí y no tenía de otra que aguantarse.

—TaeHyung...—habló MinJae—Ven y siéntate, nosotros te llevamos a la escuela. 

TaeHyung sonrió incómodo, se iba a negar pero la señora con ojos de halcón habló antes.

—Cariño, ven y súbete.

—Sí, ven que nosotros te llevamos.—Insistió el Jeon mayor. Al ver la resistencia del menor alcanzó a decir—Y hoy no hay excusas. Solo los cobardes se van. 

TaeHyung no tuvo mas opción que aceptar el aventón, incluso si eso suponía estar temprano.

—Buenos días.

—Buenos días—respondieron al unísono. La familia lucia feliz y muy perfecta, tanto que llegaba a dar asco.

No hubo silencio incómodo pero la plática era mas que eso. 

—Primero dejamos a mamá y luego vamos a dejar a los bebés... ¿Estás bien con eso TaeHyung?

La voz de JungKook rayaba a lo paternal pero cierto tono lo encaraba, ese hombre era muy falso. TaeHyung solo asintió moviendo su cabeza, dejándose ver en el espejo reflector, JungKook sonrió de lado. Si la esposa lo notó y no dijo nada entonces todo estaba hecho mierda.

—¡Papá!—Exclamó MinJae de inmediato—No nos digas bebés. Nosotros ya somos niños grandes.

TaeHyung lo miró con ojos que quería matarlo, no podía creer lo que MinJae había dicho, y mas utilizando aquella vocesita de niño de ocho años.

—Tú eres mi bebé—habló la madre—y como tu enamorado es TaeHyung y tienen la misma edad el es nuestro nuevo bebé. ¿Verdad, JungKook?

El hombre solo asintió. Él estaba seguro que Tae iba a ser mas que su bebé.