8. Sentimientos sin palabras

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Una vida en silencio...

En una casa tan ruidosa y numerosa, donde cada miembro de la familia puede expresar a gritos sus emociones sin limitarse; el no poseer una voz que se una al resto de sus hermanas y madres resultaba frustrante, deprimente, e injusto.

Pero sobre todo frustrante para una muchacha rolliza y rubia de dieciocho años de edad, al no poder hacer otra cosa que fruncir el ceño para expresar la inmensa tristeza y furia que atormentan su corazón.

Liena Loud, la segunda hija de la nueva generación Loud, desde que podía recordar siempre fue atormentada por el daño en sus cuerdas vocales que le impedirían hablar de por vida, negándole a expresarse con algo tan simple como una risa o llanto; todas sus emociones estaban obligadas a quedar en silencio.

Su estado se debía a un mal congénito con el que la muchacha nació, similar a la esquizofrenia que aquejaba a su hermana mayor, Loan; pero cada una lidiaba con obstáculos diferentes.

No poder hablar no era el único mal que le traía su enfermedad, Liena además sufría un desbalance glandular en su cuerpo, haciéndola engordar a pesar de no comer nada. Al crecer no pudo evitar pensar que se trataba de un castigo en contra de ella y su hermana mayor por haber nacido.

Desde pequeñas Liena y Loan fueron sometidas juntas a chequeos médicos en hospitales y en el bunker de su tía Lisa, esto les permitió a ambas hermanas desarrollar un vínculo de confianza, parecido al que disfrutaban las gemelas de la familia; resultó un alivio tener a una hermana a su lado para sobrellevar sus penas, temores y preocupación de sus padres, a tan corta edad; aunque solo fuera una corta visita de Loan ya que vivía con su familia en otra casa.

Pero a pesar de compartir aquel lazo además de un trato especial de sus padres, recibiendo más atención y cuidados que el resto de sus hermanas en la creciente familia; Liena observó con envidia como su hermana mayor aprendía a comunicarse, con gran esfuerzo y tartamudeo al tratar de pronunciar las palabras, pero al fin y al cabo, logrando algo que ella no podría hacer nunca. Esto hizo que la muchacha rubia sintiera que Loan la dejaba completamente sola en un mundo apartado y silencioso, el cual se ampliaba con cada nueva hermana que nacía "en perfecto estado".

Liena comenzó a sentirse aislada e ignorada por el resto de la familia. Y todo empeoró cuando Lyra descubrió su talento musical antes de aprender a caminar siquiera. La tercera miembro de la familia no sólo tenía una salud impecable y se ganaba la atención de todos al reír con dulzura; sino que lograba transmitir una gran felicidad y emoción a través de la música tosca que empezaba a interpretar y perfeccionar. Al intentar imitar a su hermana menor, Liena quedó en ridículo, iniciando así con su hábito de comer para calmar sus nervios lo cual aumentaba su desbalance glandular.

Lyra se ganaba la admiración de sus abuelos, su padre y madres con facilidad, mientras Liena luchaba por aprender a hablar con las manos para no ser olvidada; la reacción de casi todo el mundo y la falta de Loan, abrumaron a la muchacha rubia con pensamientos negativos: que la genio musical fuera la primera hija perfecta que la familia estuvo esperando todo el tiempo, lo cual incrementaba los celos y frustración de la muchacha rubia.

Aquellos sentimientos negativos atormentaban a Liena, con mayor fuerza unos días más que otros, y aumentaron con el nacimiento de las gemelas peliblancas y la bebe de mechones pelirrojos; sin duda habría descendido a un pozo de depresión y odio de no haber contado desde el principio con el inmenso amor y cariño de su madre, Leni Loud.

La alegría inagotable de su madre fue un cálido rayo de luz para Liena en aquellos momentos de amargura; aprendió que el mundo era un lugar maravilloso y alegre si apreciaba lo bueno en su vida en lugar de envidiar lo que estaba fuera de su alcance. Su madre también tenía aquella facilidad de llevarse todas sus inquietudes del corazón con una sola de sus radiantes sonrisas. Cada vez que el mundo parecía querer aplastarla, su madre la ayudaba a sonreír y seguir adelante.

Heredero del legado LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora