14. Virginidad parte 1

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Regresamos al interior de la Casa Loud. Para ser precisos, al interior de la icónica casa donde crecieron Lincoln y sus hermanas; lugar donde inició el harem del dios peliblanco. Ahora, esta residencia un tanto desgastada, es el hogar donde crecen "juntos" todos los hijos Loud, la segunda generación de hermanas y un único hermano que viven sus propias historias. La casa de junto, la antigua residencia del Señor Quejón, es el hogar donde viven Lincoln y sus esposas, y se encargan de aumentar el número de la gran familia que ya tienen. Pero este lugar no nos interesa, pues en esta historia el protagonista es Lemy Loud y es en la antigua residencia Loud donde dio inicio nuevamente un evento denominado: Loudcest.

Las hermanas Loud, pertenecientes a la segunda generación, intentaban, con toda la fuerza de voluntad que poseen, despertar de aquel mundo irreal al que llegaron debido a las palabras de Lemy.

El tiempo parecía haber enloquecido. Las manecillas del reloj apenas se movieron unos minutos, pero bien pudieron haber sido cuatro meses para las muchachas que se sentían dentro de un sueño; imposible para algunas; maravilloso para la mayoría; y una espina helada en el corazón para una princesa rubia y una peliblanca gótica en especifico.

La atmosfera creada tras la proclamación hecha por Lemy, de aún "amar" a sus hermanas, continuaba generando una descarga de emociones tangibles en las hijas de Lincoln Loud; en la mayoría de los casos: felicidad. Hace ya años que todas sentían el cariño de Lemy fuera de su alcance y que nunca recibirían algo más a un trato fraternal de parte de su querido hermano. En especial luego del tiempo del castigo del muchacho rockero y la derrota de la totalidad de hermanas Loud al tratar de seducir a Lemy.

Sin embargo, aunque fue por una tontería; la forma en que el muchacho rockero exclamó a voz viva todo aquel cariño que parecía olvidado, provocó que las mayores sintieran el retorno de la lejana felicidad de su niñez; mientras las más jóvenes sentían que flotaban en un en un campo de flores de chocolate. En especial Lizy, ya que la pequeña rubia sintió por un momento el claro sentimiento de Lemy, como un susurro en lo profundo de su mente, por casarse con cada una de ellas.

Mientras tanto, un extraño fenómeno también les ocurría a las otras hijas de Lincoln Loud que se encontraban fuera de la casa, quienes sintieron una misteriosa y regocijante descarga eléctrica que las hizo ruborizarse y perder el aliento; como si su querido hermano les susurrara directamente a sus oídos que su amor les pertenecía. Laura detuvo el automóvil que conducía, en dirección a una nueva vida en la casa Loud, para evitar desmayarse al volante por aquella misteriosa sensación. Linkú, Landhi y Lorelei cayeron estremecidas y perplejas, de rodillas en la habitación que intentaban limpiar. Todas sintieron la imperiosa necesidad de llegar a la Casa Loud de inmediato.

Pero de vuelta en la casa Loud, las hermanas en el interior sentían aquel bello sentimiento opacado por una sombra de incertidumbre debido a las excusas de Lemy; que intentaron dejar en claro que fue un malentendido, antes que el muchacho castaño saliera de la casa en compañía de Loan, Lyra y Lina. En otras circunstancias, o con su padre cerca, las hermanas Loud habrían aceptado que en verdad se trató de un alboroto sobreprotector del muchacho castaño. Sin embargo, la energía dominante de Lemy junto a la forma en que desafió a Lori Loud, la más autoritaria de sus madres, les provocó a todas un hormigueo excitante en todo el cuerpo. Incluso Leia agradecía que su padre no estuviera cerca para que la sensación que provocó Lemy no desapareciera tan pronto.

Roberto Loud Santiago, quien tomó el apellido de su esposa para demostrarle todo el amor y dedicación que siempre sentiría por ella; no dejaba de sonreír divertido ante aquella singular energía que lograba percibirse en toda la casa. Leia todavía se encontraba sentada en el sofá, en negación y bastante alterada; pero de alguna forma perdida en un agradable sueño. Liena producía un alegre tono rítmico con los utensilios de cocina mientras los sacaba y colocaba de regreso en su lugar sin poder recordar lo que debía preparar. Linka y Liberty, las hijas de su querida hermana menor Ronnie Anne, iban de aquí para allá sonrientes, cuchicheando emocionadas entre ellas, y al igual que Liena, demasiado distraídas para recordar lo que debían hacer. El silencio era denso y tangible desde el cuarto de Liby, Lacy y Lupa; como si una silenciosa batalla de culpas tuviera lugar. Y ocurría lo contrario con las sonoras pisadas y gritos de emoción provenientes del cuarto donde las tres más pequeñas: Lizy, Lulú y Lane, quienes parecían estar a punto de destrozar el piso de madera.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2020 ⏰

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