Alérgico a Ti. (Jicheol) Omegaverse.

Capítulo 2: El mejor regalo.

Seungcheol llegó temprano ese día a la Universidad, tanto así que era el único que se encontraba en el salón. ¿Por qué había decidido “madrugar” en la escuela? La respuesta era simple, Lee Jihoon.

Según fuentes confiables –las cámaras de seguridad de la escuela– el omega llegaba a la Universidad todos los días a las 7:00 am, entraba al salón a las 7:04 am y comenzaba a leer un libro hasta que la profesora comenzaba la clase a las 8:00 am.

El alfa esperaba emocionado a su compañero, le había traído la saga de Harry Potter y ya se imaginaba la sonrisa pintada en el rostro del omega cuando le dijera que se los regalaba.

— ¿Por qué demora tanto? —se preguntó Seungcheol al observar la hora en su reloj, 7:17 am. —Tal vez se le fue el autobús. Debí haberle ido a buscar a su casa.

Sí, Seungcheol sabía dónde vivía Jihoon, qué lugares frecuentaba y cada uno de sus gustos y preferencias. No es que el alfa lo estuviera vigilando, no, el pelinegro le había pedido al secretario de la empresa de su padre que investigara todo lo relacionado con el omega, después de todo la empresa de su familia controlaba la seguridad del país por lo que no había nada que las computadoras no supieran. ¿Eso se consideraba acoso indirecto? El alfa no lo sabía, tampoco le importaba. Todo su mundo giraba alrededor de una persona en ese momento, Jihoon.

El reloj marcó las 8:00 am cuando un grupo de estudiantes comenzó a entrar en el salón, entre ellos Lee Jihoon. Seungcheol frunció el entrecejo e hizo una mueca de desagrado al notar el cambio que había hecho el omega y no, no se refería a su cabello ahora rubio, sino a la empalagosa fragancia que tenía.

— Buenos días —saludó el omega a su compañero mientras tomaba asiento a su lado.

— Buenos días. —respondió Seungcheol sintiendo una cosquilla familiar en la nariz. —¿Qué es ese olor que llevas?

— ¿Lo notaste? Es mi nuevo perfume "Angel Only". ¿Te gusta?

— Es realmente dulce.

Jihoon sacó el frasco de perfume y se roció un poco e inmediatamente escuchó un estornudo a su lado.

— ¿Te encuentras bien?

— Sí, es solo que tu perfume es demasiado empalogoso y mi nariz muy sensible. ¿Podrías no perfumarte tanto en las mañanas?

— ¿Pero qué tonterías dices? —dijo Jihoon frunciendo el ceño. —Es la misma esencia que llevaba ayer y me dijiste que te gustaba.

— No me refería al perfume sino...

La profesora entró al salón, un poco tarde, y llamó la atención de los estudiantes dando por comenzada la clase. Seungcheol no pudo explicarle al omega que lo que le había gustado antes era su esencia natural, dulce pero no empalagosa.

Cuando las clases terminaron el omega, como todos los días fue hacia la biblioteca para leer mientras almorzaba una manzana que llevaba en su mochila. Seungcheol le siguió y, sabiendo de memoria la rutina de su enamorado, le pidió a su Nana que le preparara dos fiambreras con su almuerzo favorito, estaba seguro de que a Jihoon le gustaría el marisco.

— No lo voy a comer.

— ¿Por qué? —preguntó Seungcheol haciendo un puchero.

— No me gusta el marisco.

— ¿A quién no le gusta el marisco?

— A mí. —contestó Jihoon cansado de las quejas del alfa.

— Lo siento, no sabía que lo odiabas. ¿Y qué es lo que te gustaría almorzar?

— Cualquier cosa menos marisco.

— ¿Entonces pescado estaría bien?

— Sí.

— Supongo que tendré que comerme todo esto yo solo.

Seungcheol estaba seguro de que iba a engordar ya que no podía llevarle una fiambrera llena a su Nana o se afligiría porque a su novio no le había gustado la comida. Sip, Hana ya trataba a Jihoon como el novio del alfa, aunque no lo conocía.

— Si no te molesta, ¿puedo llevármela a casa? A mi tía le encanta el marisco y hace mucho que no lo come ya que a mí no me gusta. —preguntó Jihoon.

— Esta bien, de todas formas no puedo comer todo esto. —dijo el alfa entregándole la fiambrera a Jihoon.

— Gracias.

— De nada... Sabes, te he traído un regalo.

— ¿Un regalo? Pero si hoy no es mi cumpleaños.

— Lo sé, aún no es 22 de noviembre.

Jihoon le iba a preguntar a Seungcheol cómo sabía qué día era su cumpleaños, pero al ver lo que el alfa tenía en sus manos se le olvidó.

— Como te gusta tanto Harry Potter te he traído todos los libros. ¿Te gusta mi regalo?

— ¿Estás de broma? Es lo mejor que me han dado en toda mi vida. Gracias. —dijo Jihoon emocionado y besó la mejilla del alfa.

Por los siguientes dos minutos Seungcheol se sintió en las nubes, ese pequeño beso en su mejilla lo había llevado al cielo, incluso podía sentir las voces de los ángeles repetir su nombre una y otra vez.

— ¡Choi Seungcheol! —exclamó la bibliotecaria asustada al ver que el chico no se despertaba.

Lo que había pasado era que la Señora Kim llevaba varias cajas hacia una estantería cuando el alfa se levantó de pronto para celebrar su logro y terminó chocando con ella. Todas las cajas con libros dentro cayeron sobre Seungcheol provocando que este se desmayara por los golpes en la cabeza.

Con ayuda de Jihoon la alfa había llevado al chico a la enfermería y ahora utilizaban un algodón con alcohol cerca de su nariz para despertarlo.

— ¿Qué pasó? —preguntó aturdido el alfa mientras tocaba su cabeza vendada.

— Sucedió que un montón de cajas cayeron sobre ti, golpeaste tu cabeza y terminaste en la enfermería. —habló Jihoon. —Llevas tres horas inconsciente, me he perdido las clases de la tarde por cuidarte y ya es la hora de la salida así que Adiós.

— E-Espera, déjame acompañarte hasta la parada del autobús. —dijo Seungcheol poniéndose los zapatos para salir corriendo detrás del omega ignorando los gritos de la señora Kim.

Jihoon aminoró el paso permitiendo que el alfa le alcanzara y comenzara a caminar a su lado.

— Perdón por mantenerte a mi lado toda la tarde, mañana le pediré los apuntes a mis amigos y luego te los pasaré.

— Eso no es necesario, minutos antes de que despertadas un montón de chicas fueron a visitarte para saber cómo estabas y te dejaron una montaña de apuntes. —comentó el chico asiendo una mueca. —Me tomé la molestia de leer algunos y memoricé el contenido por lo que no es necesario que me prestes alguno.

— ¡Eso es fantástico! Entonces acompáñame a casa para que me expliques el contenido. —pidió el alfa emocionado.

— ¿Estás loco? No puedo...

— ¿Tu toque de queda es tan temprano? —comentó Seungcheol al comprobar la hora en el reloj. —Pero si solo han pasado 30 minutos desde que la campana sonó. —hizo un puchero. —Acompáñame, ¿sí?

— Está bien, no dejarás de molestarme si no lo hago. —aceptó a regañadientes Jihoon. —Por cierto, tienes sangre en la cabeza.

Cuando Seungcheol llevó su mano al lugar y luego la puso frente a sus ojos para observar el líquido rojo comenzó a ver como el mundo daba vueltas y escuchó al omega llamarle antes de cerrar los ojos.

Resulta que el alfa le tenía fobia a la sangre por lo que Jihoon tuvo que esperar por otras dos horas a que el alfa despertara y así marcharse a su casa.