Alérgico a Ti. (Jicheol) Omegaverse.

Capítulo 3: No es una cita.

Apenas eran las 9:00 am cuando su tía entró a su habitación para despertarlo alegando que tenía visitas por lo que debía bajar a recibirlas cuanto antes. Jihoon maldijo en voz baja y a regañadientes acompañó a la beta hacia la sala dispuesto a matar a aquella persona que osaba interrumpir su glorioso día de descanso y obligarle a presentarse ante él solo en pijama.

Cual fue su sorpresa al ver al Alfa sentado en el sofá bebiendo té. Este, al notar su presencia, corrió a su encuentro abrazándole como si fueran amigos de toda la vida. Inmediatamente el omega se deshizo del agarre de su compañero y le fulminó con la mirada.

— ¿Qué haces aquí? —le interrogó enojado.

— Vine a buscarte, tenemos una cita pendiente.

— ¿C-Cita? —preguntó alegre la beta.

— Se refiere a nuestro compromiso...

— ¿C-Compromiso?

— Seungcheol sufrió un accidente ayer en la tarde y me pidió que le ayudara con el contenido que no había recibido por estar en la enfermería. —rápidamente aclaró Jihoon para evitar pensamientos erróneos por parte de su tía.

— ¿Estás herido? —preguntó preocupada Hyuna.

— No debe preocuparse tía, estoy perfectamente bien. —aseguró Seungcheol tomando las manos de la beta. —Gracias por el té y las galletas, espero que pueda aceptar mi invitación para hacer una fiesta del té esta tarde en mi casa, mi madre estaría realmente feliz con su compañía ya que se aburre con facilidad estando sola.

— Acepto encantada.

— Más tarde enviaré un auto a recogerla, deberá disculparme pero es necesario que regrese a casa cuanto antes para comenzar a estudiar. —comentó el Alfa tomando de la mano a Jihoon y caminando hacia la puerta.

— ¿Qué crees que estás haciendo? Suéltame. —exigió un omega muy enojado. En primer lugar porque el Alfa le había ignorado comenzando una conversación tonta con su tía y en segundo lugar porque le había querido arrastrar afuera sin su consentimiento.

— Nuestra cita debe comenzar ahora, sino no podremos acompañar a tía y a mi madre en su fiesta del té. —dijo el Alfa sin soltar la mano del rubio.

— Entiendo lo que me dices pero, por si no lo has notado, aún conservo mi pijama, deberías esperar a que me cambie antes de que me lleves a tu casa.

— Lo siento. —se disculpó el pelinegro y recorrió el cuerpo del más bajo con su mirada. —No sabía que te gustaba pororó. —añadió al ver el dibujo del personaje en el pijama del omega.

Jihoon frunció el entrecejo y gruñó al ver la sonrisa pintada en los labios del Alfa. ¿Acaso se estaba burlando de él? Su primo y él compartían un "pequeño" amor por cierto personaje que era realmente lindo a los ojos de ambos omegas. ¿Qué importaba si le gustaba pororó? Eso no significaba que fuera un niño por lo que esperaba que el Alfa no le tratara como tal o se ganaría su ira.

— ¿Tienes algún problema con eso? —le dijo desafiante el omega.

— Al contrario, me alegra en demasía, estoy seguro de que tú y mi hermanito  Hoshi se llevarán muy bien, después de todo comparten el mismo gusto. —comentó con una enorme sonrisa Seungcheol. Jihoon masculló algo antes de irse a cambiar.

— El amor está en el aire. —suspiró emocionada Hyuna provocando que el Alfa la mirara desconcertado. Ella solo le hizo un guiñó y tomó asiento en el sillón comiendo algunas galletas.

Minutos más tarde el omega bajó las escaleras con rapidez y se plantó frente al Alfa.

— Ya estoy listo. —dijo el omega diciéndole adiós a su tranquilo sábado y dejando al Alfa arrastrarlo hasta su casa.

[...]

Cuando Jihoon bajó del auto quedó fascinado ante la enorme mansión que había frente a él, esta era completamente blanca y en su camino desde la entrada hasta la puerta principal había disfrutado del agradable olor de las bellas flores del jardín. Seungcheol había notado la sonrisa del rubio mirándolo todo a su alrededor y no dudó en pedirle al jardinero que cortara algunas rosas que formaran un enorme ramo que luego le regalaría al omega.

El Alfa estaba seguro de que al chico le encantaría y disfrutaría una vez más de la hermosa sonrisa de este, y tal vez, otro beso en la mejilla. El solo pensamiento de volver a sentir los suaves y cálidos labios del omega en su piel hizo que se sonrojara y suspirara como todo un enamorado. Siendo una fuerte palmada en su espalda quién lo trajo de vuelta a la realidad junto a un quejido de dolor.

— Deja de soñar despierto y entremos de una vez. —la voz del omega llamó su atención. —¿O pretendes que estudiemos parados en medio del camino?

Jihoon se había enojado de nuevo porque el Alfa había estado ignorando sus palabras haciéndole sentir ridículo al hablar solo. Mientras que Seungcheol sonrió feliz, sin dudas el omega se veía hermoso con el ceño fruncido y regañándole, pero no planeaba decirle eso.

— Lo siento, por favor acompáñame.

El interior de la mansión era más hermoso que el exterior, aunque nada podía compararse con el bello jardín, ese era el lugar favorito de Jihoon. Seungcheol le condujo escaleras arriba, por un ancho pasillo hasta detenerse frente a una puerta. El Alfa na abrió y le invitó entrar en ella. Jihoom fue recibido por una alcoba completamente azul celeste, una enorme cama, un escritorio y varios estanyes con libros cuyos títulos atrajeron al omega. Tal vez el jardín pasaría a ser su segundo lugar favorito.

— Esta es mi habitación, te presentaré a mi madre más tarde ya que aún está durmiendo y mi padre se encuentra fuera de casa. —habló el Alfa. —Siéntate cómodo y hazme saber si necesitas algo, le pediré a mi Nana que nos prepare una merienda.

— Eso no es necesario.

— Claro que lo es, el pastel de chocolate de mi Nana es el más sabroso, es una lástima que tengamos que esperar a la tarde para probar las galletas. —dijo Seungcheol acercándose al rubio. —Puedes tomar el libro que quieras, te lo prestaré si lo deseas.

— ¿En serio? —preguntó emocionado Jihoon.

— Sí. —ante sus palabras el omega rápidamente tomó una gran cantidad de libros y caminó hacia el escritorio comenzando a ojearlos. —Pero recuerda que debes ayudarme a estudiar. —agregó obteniendo un asentimiento por parte del omega quién comenzaba a centrarse en la lectura.

Seungcheol suspiró y salió de la habitación rumbo a la cocina en busca de su Nana y el pastel de chocolate. Gana apareció de repente delante de él y le habló emocionada.

— Ya está aquí, ¿cierto? —el Alfa asintió. —Llévame con él, me muero por conocer al Joven amo.

— Lo conocerás pronto, pero evita mencionar algo sobre mis sentimientos frente a él, aún no me le confieso, no quiero morir tan joven.

— Por tus palabras puedo saber que tu destinado tiene un carácter fuerte.

— Ni que lo digas, puede intimidar a cualquiera haciéndole inclinarse frente a él, se enoja con facilidad, aunque eso es una de las cosas que me gusta de él, además de su pasión por los libros. —aseguró el pelinegro. —¿Puedes llevarnos una rebanada de pastel y jugo para merendar?

— Regresa a tu habitación, estaré allí en unos minutos.

Seungcheol asintió y regresó por donde había venido, antes de subir las escaleras el jardinero llegó hasta él con un enorme ramo de rosas de todos los colores, un agradable y perfumado arcoíris. El Alfa agradeció al beta y caminó alegre hasta su habitación encontrándose con la puerta de esta ligeramente abierta. Rápidamente entró en ella y el ramo de rosas cayó al suelo al ver la escena que se mostraba frente a él.