"EL MUNDO DE RILEY" (Temporada 4) || EDITADO ||

PERDÓNAME

MARATÓN FINAL 12/16

NARRA RILEY

Todo estaba listo sólo esperaba poder encontrar las palabras adecuadas para hacerle entender lo que sentía a Maya.

Para mí suerte tenía la ayuda de los demás, sin duda tenía los mejores amigos del mundo, recibí un mensaje de Farkle diciéndome que ya venían en camino.

Era ahora o nunca pensé mientras traba de darme ánimo a mi misma.

NARRA MAYA

Farkle y el vaquero habían ido a mi casa y no recuerdo el porqué me deje convencer y ahora me encontraba con los ojos vendados sin saber a dónde iba, escuchaba voces pero no lograba distinguir de quienes eran en un momento sentí un pequeño empujón y el sonido de la puerta.

— Puedes quitarte la venda si quieres - dijo una voz que reconocería en cualquier lado era Riley.

— ¿Qué hago aquí? - dije tratando de sonar lo más calmada posible.

— Necesitamos hablar, además de que te debo una disculpa.

— Y para eso me trajiste hasta aquí con engaños, además de que me encerraste.

— Te equivocas Maya la puerta está abierta si quieres irte respetaré tu decisión.

— Te escucho - contesté soltando un suspiro.

— La verdad es que tenía preparado lo que te iba a decir pero como bien sabes los nervios me hacen olvidar así que te diré lo que mi corazón siente, no tengo las palabras adecuadas para disculparme del todo te juzgue injustamente y no supe escucharte debo aceptar que solo estuve pensando en lo que yo sentía y no pensé en todo lo que tú hacías para conseguir mi felicidad - soltó mientras comenzaba a llorar - perdóname Maya te necesito de nuevo en mi vida.

La mire durante unos segundos y por más que quisiera seguir enojada con ella no era capaz de hacerlo así que la abrace mientras comenzaba a llorar al igual que ella.

— Aún los tienes - dijo al notar que llevaba los dos anillos en mi dedo.

— Jamás los votaría es un gran símbolo de nuestra amistad.

— Y ahora tendremos otro - dijo mientras sacaba de su bolsillo dos dijes en forma de la mitad de un corazón.

— Falta un pieza - dije al notar que estás no encajaban.

— Está donde debería estar - hablo mientras tomaba mi mano y me llevaba hacia la ventana, observé en la pared central de esta el pedazo faltante - este siempre será nuestro lugar por eso lo puse aquí después de todos fue donde nos conocimos.

Sonreí mientras le devolvía el anillo y no pude evitar recordar la vez en que la ví por primera vez.

Tenía 7 años y me había escapado de casa, mamá y papá siempre peleaban, no me gustaba el ruido que causaban, llegue hacia la parte de atrás de un edificio y subí por las escaleras de emergencia me sentía triste, quería estar sola, pero entonces un canto llamó mi atención y decidí seguirlo, me detuve en cuanto ví a una niña de un largo cabello castaño sentada en una ventana, se veía tan feliz que me hizo sonreír un poco así que decidí ir a saludarla.

Desde la primera vez que había atravesado la ventana me había prometido el cuidarla y hacerla feliz, ella no pasaría por lo que yo pasé.