Jungkook siempre a tenido todo fácilmente, así era su vida. Las cosas, la situaciones, las personas... Todo bajo sus pedidos.
Hasta que Kim Taehyung llegó a su vida y el dinero ya no le servía.
-Sí me gusta lo que veo, lo quiero y lo que quiero lo o...
Me avisan si ven errores, que estoy seguro de que hay.
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Después de varias canciones la banda tomó su merecido descanso, tratando de disfrutar un poco de la gran fiesta antes de volver a tocar.
Mientras Jennie y Jisoo empezaban a bailar, Jin fue por un cóctel suave, Hoseok hablaba animadamente con Yoongi, y Taehyung... Taehyung estaba...
¿Donde estaba Taehyung?
Jungkook veía a los demás integrantes de la banda separarse y tomar rumbos distintos, pero no encontraba el adictivo rostro simétrico de aquel cantante.
Lisa veía risueña el rostro estoico del pelirrojo cada vez que rechazaba a alguien cuando le pedían bailar o le intentaba coquetear.
Jungkook esta más concentrado en buscar disimuladamente a alguien, pero ella lo conocía tan bien.
Lisa no mencionó nada y aceptó a un alto muchacho que le invitaba un baile, buscando acercarse a la pista de baile donde estaba la chica rapera.
Kook se levantó del lugar donde estaba, al rato de que la rubia lo abandonara, y caminó hasta la barra para tomar algo, por supuesto varias personas lo voltearon a ver y uno que otro le lanzó pequeñas palabras de coqueteo que lo hartaron un poco más.
No se confundan, él ama la atención y ser deseado, pero justo ahora solo quería a una persona, y esta, estaba perdida en el quinto coño.
Se sentó en un cómodo taburete, colocó sus codos en la barra dejando su espalda curva y su trasero respingón a la vista.
Enseguida un barman lo atendió y, mientras que se distraía con el tintinear de los copas de cristal y las botellas, su trago fue entregado. Pidió algo elegante como siempre, vino rosa con una cereza en almíbar, tomándose su tiempo antes de tomar el primer sorbo, jugando a girar la cereza en el fondo de la copa.
Quiso gruñir cuando más chicas y chicos se le acercaron. Ya empezaba a molestarse, joder.
Escuchó una voz conocida llamarle y giró un poco su torso para mirar sobre su hombro como Yoongi se acercaba.
—¿Jungkook?
—Hey.
—Wow, al fin te veo con un color fantasía... Sin duda el rojo te queda. Halagó Amigable.
—Sabes que todo me queda, Min. Respondió el menor con el ego en alto, como siempre.
Yoongi rió de acuerdo con el menor.
—No lo dudo.
Min caminó sin prisa y se sentó en el asiento próximo a Jungkook. El mayor pidió una bebida y sacudió un poco su cabellera rubia casi blanca, mientras que el pelirrojo volteó su vista a su propia copa. Yoongi es guapo, sexy y sabía de buena fuente, es decir del mismo Jungkook, que era buenísimo follando... Pero no era lo que él quería ahora, no era quien quería.
