Terminé de ducharme.
En silencio.
No dije absolutamente nada. Mis pensamientos iban a mil por hora. Fui la primera en salir de allí. Enrollé una toalla al cuerpo y salí directamente a la habitación. Sentía como la habitación se me quedaba pequeña. Abrí la puerta del balcón y salí a tomar el aire. Me cruce de brazos y me apoyé en la barandilla del balcón. Cerré mis ojos e intenté ordenar todos mis pensamientos.
En ese mismo momento, no sabía si echarme a reír o echarme a llorar. Menos mal que era una chica bastante responsable, aunque en ese momento no lo pareciera, y todos los días, a excepción de ninguno, tomaba la píldora anticonceptiva. Jamás me había pasado nada de eso. Nunca había perdido el control con un hombre, nunca lo había hecho en la ducha y menos me había acostado con alguien a las pocas semanas de conocerlo. Llamaron a la puerta y oí como Tom abría.
Todo era muy lejano... hasta que abrí los ojos y vi las luces de la cuidad y los enormes edificios a mi alrededor. Eran alucinantes las vistas desde el piso en el que estaba. Sentí un poco de vértigo, pero aun así me quede donde estaba y volví a cerrar los ojos. Estaba al borde de un ataque de pánico. Empecé a respirar profundamente, intentando calmarme, pero me estaba desesperando.
Sentí sus manos sobre mis hombros y di un pequeño salto, sobresaltada ante su contacto. Una lágrima cayó al suelo y pude verla. Mantuve a raya las sensaciones, respiré profundo y levanté mi cuerpo. Tenía que decírselo.
—Lo siento— Dijo en cuanto vio mi expresión— No era mi intención hacerte sentir mal o asustarte— Y esa frase me desarmó por completo. Respiré profundamente una vez más.
—¿Sexo sin protección? ¿Crees que es lo correcto?— Le pregunté en tono acusador mientras abrazaba mi cuerpo.
—No. Lo siento, simplemente me deje llevar por el momento— Paso sus manos por su pelo húmedo en señal de frustración— ¿Por eso estas así?
—¿Y te parece poco?— Solté con una risa irónica— ¿Y si tú tuvieras alguna enfermedad? ¡O peor aún! ¿Si yo tuviera alguna?— Abrió mucho los ojos, estaba sorprendido ante mi reacción.
—No tengo ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual— Dijo con calma— Y espero que tú tampoco la tengas.
—Sabes que he trabajo en quirófano y que soy enfermera, al ser una profesión de riesgo me hago pruebas constantemente de enfermedades... y no— Expuse negando—¿Te has corrido dentro?— Fue estúpido preguntarlo en voz alta, ya sabía la respuesta.
—¿Qué?... sí... no... no lo sé— Soltó bastante confundido.
—¿Y si me hubieras dejado embarazada?— Se hizo el silencio. El color se le fue de la cara y yo me calle un poco más, quería que se sintiera culpable. —Tomó la píldora, gracias por preguntar— Remarqué disgustada mientras entraba en la habitación. Busqué mi ropa para irme a mi habitación.
Sentí su brazo alrededor de mi cintura y luego el tirón que me depositaba en la cama. Solté un respingo, esto sí que no me lo esperaba. Ahora él estaba encima de mí, con un gesto entre arrepentido y serio.
—Ahora me vas a escuchar tú a mí— Abrí mi boca para protestar, pero él se llevaba un dedo a su boca y mientras hacía "shhh" y luego lo ponía sobre mis labios.— He dicho que lo siento y que me deje llevar por el momento y por las sensaciones. Nunca me había pasado antes. El sexo sin protección no es mi estilo. No tengo ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual y si estuvieras embarazada... pues hablaríamos sobre ello... pero no es el caso. Me alegra saber que tu también estas sana y tan bella como siempre.— Todo ello me lo dijo mirándome a los ojos de la forma más sincera que pudo hacerlo.
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Always in my mind- Siempre en mi mente 1/3
RomanceKelly acaba de llegar a Londres con el corazón y un matrimonio roto. Por casualidades de la vida en un parque de Londres su móvil se rompe en mil pedazos ¿Quien habrá causado semejante destrozo?