—A grandes rasgos, soy de aquí de Londres, siempre me ha encantado el teatro. Tengo un perro y me gusta salir a correr de noche o por la mañana temprano, para no toparme con los molestos paparazzis—Terminó mientras cogía su copa y bebía agua con gas.—Y sales de noche para atropellar a las personas—Este comentario le hizo mucha gracia y casi escupe lo que estaba bebiendo.—Cuando termine de beber mi agua con gas, pagaré el café y mi agua y me iré del hotel.
—¿Te refieres a esto?—Dijo señalando las botellas del agua con gas, yo asentí y soltó una risa—. Esto esta pagado.
—No quiero deberte nada—Saqué mi monedero y le di un billete de veinte libras.
—Me ofendes—Comentó devolviéndome el billete. —No me debes nada, bueno si... un café donde tú quieras.
—¿No te bastó con esta charla?—Negó con la cabeza mientras daba un trago a su agua. Eran cerca de las ocho. —Creo que debería irme, es tarde y tú tienes que estar en otro sitio.
—¿Quieres que te lleve a casa?—Preguntó mirando a la ventana. Yo me sofoqué ante esa pregunta y no entendía el porqué, aunque fuese increíblemente guapo... seguía sin conocerlo y eso en parte me asustaba.
—Si va a ser un problema para ti, no, cogeré el metro—Le dije mientras me levantaba.—Voy un momento al aseo, si me disculpas— Él hizo un gesto con la cabeza.
¿Qué coño me estaba pasando? ¡Qué forma más rara de conocer un famoso!
Estaba confusa, aún así entre en el baño y me refresqué un poco la parte del cuello con un poco de agua, habían toallas y varios enseres de baño, era una habitación impresionante, como el resto del hotel. Me relajé un poco y me miré al espejo. No sabía muy bien lo que veía a través de él, me sentía bastante perdida, pero a la vez en calma.
Volví a nuestra mesa y Tom estaba hablando con un hombre vestido totalmente de negro.
—Sí, saldré por la puerta de atrás. Quiero una noche tranquila... chicos—. El hombre con quién hablaba asintió y se retiró de la mesa. Volví a sentarme en la mesa y él sonreía al verme llegar.
—¿Siempre estas tan contento?—Le pregunté mientras terminaba con lo que me quedaba de agua con gas.
—¿La verdad?
—Siempre—Respondí simplemente a su pregunta.
—Últimamente... no mucho. Así que gracias por distraerme—Sonrió y todo ello fue como si los dos lo necesitáramos.
—Me alegra saber que por lo menos te he hecho sonreír un poco y te he distraído con mis tontas historias—Le dije cogiendo mi chaqueta.
—No menosprecies tus historias, es tu vida y es bastante interesante—Aseguró poniendo cara de circunstancias, su ojos seguían siendo de ese azul líquido que podría fundir la misma tierra si lo deseaba—. Tengo el coche detrás, vamos y te acerco a casa.
Me puse mi chaqueta de cuero y cogí mi bolsa de Apple. Atravesamos todo el restaurante bajo la mirada y los cuchicheos de muchos, yo caminaba a lado de Tom. Él era muchísimo más alto que yo, era impresionante lo alto que podía ser, me sacaba dos cabeza y jamás en mi vida me considere un chica baja, ni mucho menos. Pero él era bastante alto. Las miradas eran bastante incomodas, así que yo me limité a seguir a Tom.
Detrás de la recepción de Hotel, entramos por una puerta que daba a un pasillo blanco con una puerta al final, Tom abrió la puerta y salimos al frío tan característico de Londres. Delante nuestro, en la calle estaba un Range Rover con los cristales tintados.
El hombre que estaba dentro hablando en él antes, lo esperaba con las llaves en la mano.
—Gracias Jack.
—Buenas noches señor—Se giro hacia mí.— Señorita—Dijo a modo de despedida con el rostro impasible.
Subí al coche, los asientos de cuero marrón claro, perfectamente limpio e impoluto. Me quedé alucinada ante tanta belleza. El interior era bastante cómodo. Tom subió al coche y se puso el cinturón de seguridad, se quedó mirándome.
—¿Podrías ponerte el cinturón de seguridad?
—¡Oh claro!—Solté sintiéndome tonta.
Una vez puesto mi cinturón, se incorporó en el tráfico caótico de Londres y sobre todo en la zona donde estábamos. Qué guapo era verlo al volante de semejante coche y conducir entre tanto tráfico. Pasamos cerca del Hard Rock Cafe de Londres, y se me ocurrió que ya que le debía un café, podría llevarlo allí algún día, como un amigo. Rodeamos Regent's park y el zoo de Londres, miraba fascinada el paisaje.
—¿Sabes conducir?—Pregunto él.
—Sí, pero por la derecha—Me reí yo.
—Tranquila, es bastante fácil hasta que te acostumbres.
—No no, de momento prefiero moverme en metro, me da un poco de miedo lo de conducir por el otro lado—De repente la marcha del coche se ralentizo, delante nuestro habían carteles de obras, así que tuvimos que quedarnos un poco parados.
—Algún día te enseñaré... cuando voy a Los Ángeles tengo que conducir por la derecha y es bastante divertido.
—¿Los Ángeles?—Lo miré extrañada y él se encogió de hombros mirándome con una sonrisa que lo ocultaba todo y recordé que no sabía nada de él. Puse atención al tráfico, porque su mirada me estaba consumiendo, nos movíamos lentamente hasta que volvió el tráfico a la normalidad.
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Always in my mind- Siempre en mi mente 1/3
Storie d'amoreKelly acaba de llegar a Londres con el corazón y un matrimonio roto. Por casualidades de la vida en un parque de Londres su móvil se rompe en mil pedazos ¿Quien habrá causado semejante destrozo?