Besos y abrazos ||Joerick||Terminada||

17

🥑Joel🥑

-Er, ve a tu cuarto- indiqué luego de que saludara a Johann.

El me hizo caso rápidamente, debe sentirse muy incómodo.

—¿Como estás?- cuestionó una vez que estuvimos solos.

—Bien ¿por?

—Emilia me contó- explicó.

—Oh.

—¿Que estaban haciendo? No me mientas- pregunto, finalmente.

—Le estaba sacando una pestaña que le había entrado en el ojo- repetí.

—Tenías tus manos en su culo.

—Para que se quedará quiero. Lo sostenía de ahí y de la cara, porqué se movía- se excuso.

—¿Estas seguro?- cuestionó encarnando una ceja. Yo asentí.

—¿Quieres ir a tomar algo?- cambie de tema, tal vez con esto lo olvidé. El asintió- ya vuelvo, le voy a avisar a Erick- dije separándome para correr hacia las escaleras, al estar frente al cuarto de Erick abrí- voy a salir bebe, vuelvo en un esto- avisé dándole un pequeño pico.

—¿Vamos?- cuestionó Johann al verme bajar, yo asentí y el se acercó a la puerta- ¿Como estás con eso de que no es tu hijo?- cuestionó.

—Para mi el es mi hijo, aunque no sea de sangr fui yo el que lo cuido siempre, el que le cambio los pañales, el que le enseño a andar en bicicleta- aclaré- el que lo ama- sonreí.

Seguimos hablando hasta que llegamos al bar.

Tal vez con una o dos copas se le olvide lo que vió.

Pero no en que momento se hicieron las nueve y media de la noche y Johann estaba totalmente borracho.

—Mierda, vamos- exclamé al ver la hora- joder- chille al ver que ni siquiera podía caminar por si mismo.

Lo llevé a su casa escuchándolo hablar de muchas cosas sin sentido pero dos en especial me llamaron la atención.

—Que triste que no sea tu hijo- arrastraba las palabras- pero así te lo puedes coger sin que sea pecado- reía sin gracia, mi corazón se paró un segundo al darme cuenta que no lo olvidó- ¿sabes? Creo que soy su padre- río.

—¿Q-qué?

Pero después no abrió más la boca por más que insistí hasta que llegamos a su casa.

—Johann ¿qué quisiste decir?- cuestioné, pero el ya estaba tocando su puerta.

—¿Qué paso?- cuestionó Emilia al abrir viendo a su novio en ese estado.

—Fuimos a tomar una copa y se nos fue la manos, adiós- expliqué alejándome rápidamente para no dar más explicaciones.

En mi cabeza seguía dando vueltas lo que dijo, pero lo que más me preocupa es que borracho como Sta le cuente a Emilia lo que vió.

Me reprendo mentalmente por haberlo dejado allí y no llevarlo a mi casa.

Siento que me voy a arrepentir de eso.