Besos y abrazos ||Joerick||Terminada||

22

🥑Joel🥑

Estuvimos todo el día en casa con Erick, entre abrazos y besos, viendo la tele.

Decidimos que trataríamos de pasar el mayor tiempo juntos antes de que me vaya.

Estamos abrazados cuando sentimos el timbre. Tome mí celular para ver la hora, estuve todo el día sin tocar el celular pero se que es tarde.

—Ve a tu habitación- le indique a Erick cambiando el canal, el obedeció rápidamente, me levanté y me acerque a la puerta.

—¿Y Erick?- cuestionó Emilia entrando en cuanto abrí la puerta.

—Durmiendo- dije volviendo al sillón sin despegar la mirada de ella.

—Necesito que me digas la verdad- pidió, con sinceridad en sus ojos, sentándose a mí lado- ¿Tú ves a Erick cómo algo más que tú hijo?- cuestionó y sentí el nudo instalarse en mí garganta- osea, se que no es tu hijo pero se supone que lo ves así.

—Para mí el es mí hijo y siempre lo voy a ver como tal- aclaré- hablando de eso, el otro día que Johann estaba borracho me dijo algo... raro.

—¿Qué cosa?- cuestionó y me di cuenta como se ponía nerviosa.

—Dijo que creía que el es padre de Erick.

—Joel, no es lo mejor que hablemos eso acá. Erick se pude despertar y escucharnos.

—¿Es su padre o no?- insistí ante la evasiva.

—¿Cuál sería el problema con que fuera así?- cuestionó a la defensiva.

—¿Osea que si?

—No, solo preguntó.

—El problema sería que mí mejor amigo se acostó con mi esposa- aclaré frunciendo los labios- no sé lo perdonaría ni a él ni a ti.

—Igual no vine a hablar de eso- negó con la cabeza- ya me lo negaste, así que me voy con la esperanza de que me estés diciendo la verdad- se levantó- conozco la salida, adiós Joel- se despidió.

Vi como volvía a la encimera de la cocina y tocaba algo, pero no vi que.

—¿Qué haces?- cuestione frunciendo el ceño.

—Solo veía lo desordenado que está esto- se encogió de hombros para acercarse a la puerta y salir dando un portazo.

Coloque mis codos en mis rodillas y mis manos cubriendo mis ojos, frustrado.

—¿No soy tu hijo?- sentí la voz de Erick, aguda, a mí lado.

—Er...

—¿Soy hijo de Johann?- cuestionó

—No lo se- suspiré.

—¿Osea que no soy tu hijo?- cuestionó con los ojos humedecidos.

—Me enteré cuando estabas en el hospital, Emilia no quiso que te dijera porqué ibas a sufrir y...- me interrumpí porqué ya estaba llorando y lo abracé.

—No soy tú hijo- murmuraba entre lágrimas que caían en mi hombro.