(28) ╋ Monstruo Revelado ╋

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LEIGH

Heist era peligroso, arrogante, manipulador, egocéntrico y un montón de adjetivos de connotación negativa pero no podía negar sus habilidades para besar.

Heist Stein besaba delicioso, como movía sus labios, usaba su lengua, e incluso la forma delicada en la que su mano sostenía mi cuello se sentía increíble. Dejé de tocarlo para envolver mis manos alrededor de su cuello y besarlo, liberando todas las ganas que había tenido de hacerlo desde lo que pasó en la biblioteca.

Él despertaba una rabia en mi que nadie más había logrado, su descaro, su sonrisa burlona al manipular a la gente como si nada me hacía querer herirlo de alguna forma pero luego habían momentos como este donde esa misma furia se distorsionaba y se transformaba en esta atracción, en este deseo.

Saber que esto estaba mal, muy mal también le agregaba fuego a todo. No debía besarlo, no debía tocarlo, el hacer algo que no debía me excitaba de una manera impresionante. Así que no lo detuve cuando profundizó el beso, cuando sus labios magullaron los míos con cada roce desmesurado, hambriento. Ya nuestras respiraciones eran un desastre, la suya más que la mía debido a la tocada que le di hace unos minutos.

Las manos de Heist bajaron para apretar mi trasero mientras me presionaba aún contra él, jadeé al sentir lo duro que estaba contra mi abdomen. Estábamos a plena luz del día, besándonos como unos locos en medio de este lago congelado. Nos separamos para respirar, Heist descansó su frente sobre la mía.

—¿Vamos a mi casa?— ofreció contra mis labios, respirando con dificultad.

—No.

—Leigh.

Lo volví a besar porque no quería hablar, ni pensar, ni sentirme culpable, lo único que quería sentir era los labios suaves de Heist contra los míos y sus manos apretujando mi cuerpo con deseo. Sin embargo, no era mucho lo que podíamos hacer aquí en medio de este lugar.

—Leigh— Heist paró para darme besos cortos mientras hablaba, —me encanta esto pero si me sigues besando así...

Le mordí el labio inferior con fuerza y él me agarró de cuello y apretó ligeramente.

—Leigh— la advertencia era clara en su voz. Disfrutaba incitarlo, hacerlo perder el control porque Heist podía ser un idiota manipulador que planeaba todo con mucho cuidado pero que no podía controlar sus reacciones físicas conmigo, ni lo mucho que me deseaba. Me separé de él porque necesitaba aire y tampoco era inmune a sus encantos como me gustaba pensar. Heist agarró mi mano.

—¿Mi casa?

Yo bufo.

—¿Desesperado, Stein?

Él no dijo nada y respirar aire fresco le devolvió la cordura a mi cerebro.

Su casa...

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora