(43) ╋ Ich bin ein Monster ╋

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HEIST

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HEIST

Causa y efecto.

Simple. Concreto. Verdadero.

Nuestras acciones tienes consecuencias, en especial si afectan a otras personas.

Siempre lo había sabido, la existencia de 'causa y efecto' no era algo que me sorprendiera. Sabía que la mínima acción criminal conllevaba una consecuencia peligrosa. En el segundo que di la orden de dispararle al Sr. Philips y del secuestro de Leigh, supe que habrían represalias, en especial, en este pueblo podrido de mierda.

Pero no solo era el pueblo y el padre de Leigh lo que me preocupaba sino mi propia familia. Actuar solo nunca había sido algo que ellos aprobaran, de hecho, era algo que ellos consideraban inaceptable. Si, éramos muy inteligentes en lo que hacíamos pero no éramos intocables: dejar evidencia, un error o exponernos de alguna forma eran errores que no podíamos cometer. Ni siquiera el mejor abogado del mundo te sacaría de la cárcel después de cometer asesinato y ser descubierto.

Entender nuestra propia vulnerabilidad era la fuente de nuestra fortaleza como familia. Por eso mi madre nos había explicado las reglas claramente desde el principio y nos las había recordado una semana antes de que nos mudaramos a Wilson.

El frío de otoño ya azotaba nuestra casa en Alemania a pesar de ser apenas septiembre. Las bajas temperaturas siempre llegaban a nuestra zona más temprano de lo normal, mamá culpaba la altitud. La madera ardía en la fogata mientras Kaia tomaba un sorbo de su chocolate caliente, llevaba uno de sus vestidos negros favoritos, mi hermana cambiaba de estilo cada cierto tiempo. Su nueva obsesión: vestidos oscuros de estilo casi gótico, algunos tenían corset.

Frey estaba armando una de sus líneas de trenes que cruzaba la sala y pasaba por debajo de la mesa en medio de los muebles. Desde que mamá le dejó extender su línea de trenes por la casa había sido una pesadilla no pisar nada, aún me dolía la mandíbula del golpe que me dio cuando pisé una de sus estaciones de tren por accidente el otro día, ¿lo peor de eso? No poder devolverle el golpe porque sabía que sus ataques violentos no eran algo que él controlara pero vaya que era difícil recordar eso cuando la mandíbula me palpitaba de dolor.

Valter estaba echándole más leña a la fogata mientras Peerce estaba sentando en el sofa, serio, con una laptop sobre su regazo. Mayne, por su parte, estaba acostado de lleno en el sofá, con una pequeña pelota en su mano, la lanzaba hacia arriba y luego atrapaba, sin embargo, se podía ver a distancia que su mente no estaba en esa pelota, estaba en otro lado, analizando, calculando, eso era él, una máquina imparable de pensamientos analíticos.

Finalmente, mamá se nos unió. Su cabello rubio estaba peinado hacia atrás, esa labial rojo decoraba sus labios como de costumbre. El sonido de sus tacones hizo eco por toda la sala y sacó a Frey de concentración, él levantó la mirada por un segundo para mirarla antes de volver a sus trenes. Ella se sentó en un sofá individual y puso ambos brazos en el reposabrazos del sofá con seguridad. No podía negar que aunque mi admiración por Mayne Stein fue innata cuando descubrí que era mi padre biológico, también sentía una profunda admiración por mi madre.

Heist [Darks #1] [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora