Soy de esas personas a las que no les agradan los espacios públicos. Las aglomeraciones afectan mis nervios de forma considerable, sobre todo cuando el colectivo humano está constituido por adolescentes. Y si existe un lugar en la tierra con amplia concentración de gente hormonada, ese es el Instituto secundario Georgia O'Keeffe, en New Paradise.
En los últimos años la sociedad ha cambiado de manera sustancial, pero la realidad es que para ser alguien en la vida, sobre todo alguien respetable, todavía hay que estudiar, así que cada día me tocaba armarme de coraje y asistir a clases.
En el Instituto hay diversos grupos de mujeres, cada uno de estos es un reflejo minimizado de las distintas facciones que ocupan el mundo actual. Los grupos se clasifican según los ideales de sus miembros.
Las Feministas Femeninas celebran la idea de que el planeta está ponderado solo por chicas e intentan extirpar de la sociedad cualquier vestigio que hubiera quedado de la población masculina, mientras buscan resaltar la femineidad. Sus formas de manifestación, a mi parecer, son ridículas porque se basan en conceptos instituidos por el sistema patriarcal. Por ejemplo: no utilizan prendas de vestir asociadas a los hombres o a la masculinidad. Solo usan vestidos y faldas. Tampoco hacen trabajos considerados aptos para los varones, que requieran fuerza bruta, en una suerte de ley del mínimo esfuerzo. Son un grupo de princesas cabezas huecas, en fin.
Por otro lado, están las feministas radicales. Esta facción desdibuja las diferencias existentes entre los géneros y los roles asociados a cada uno, impuestos también por el patriarcado. Entre sus métodos de manifestación más extremos está la ingesta de hormonas masculinas —andrógenos— para fomentar el crecimiento del vello facial. Su eslogan durante un tiempo fue: "tener bigote no es algo exclusivo de hombres".
Y luego están las feministas moderadas. Un grupo intermedio que comparte con las radicales algunos de sus ideales, sobre todo los relacionados con la supresión de las diferencias asociadas al sexo biológico, pero sus expresiones no son tan extremas, físicamente hablando.
No obstante, lo que unifica a todos los grupos es el hecho de que todos están compuestos por mujeres, o Evas —categorización que se había implementado en el último tiempo para definir a la especie predominante del planeta— y es por ese detallito que no termino de encajar en ninguno, pese a que comparto alguna de sus visiones.
Sucede que mi condición biológica es ligeramente diferente a la del resto de las chicas... porque yo no soy una Eva, sino un Adán.
Si logré impactarlos con eso, esperen a saber el resto de la historia. Porque se vuelve más prometedora y también complicada. Pero empecemos por lo primero, mi nombre...
Soy Adamira. Adamira, Adam, Adán. Sí, el sentido del humor de mis madres es sensacional. Cuando Bianca, la progenitora que me llevó durante los nueve meses en su vientre, se enteró de que estaba embarazada de mí, o sea de un varoncito, entró en un colapso nervioso y empezó a reír como hiena con epilepsia. Mi otra madre, April, la secundó. Historia contada por ellas mismas, cuando tuve edad suficiente para comprenderla. No crean que era un feto omnisciente y omnipresente.
Sin embargo, las risas cesaron cuando la obstetra sugirió mi inmediata eliminación, o sea, aborto. Las luces de danger se encendieron en ambas progenitoras y la respuesta fue una negativa rotunda. Eso, debo decirlo, es algo que me llena de satisfacción cada vez que escucho la historia y eleva mi cariño por ambas.
Claro que ese no estuvo acompañado de un jugoso soborno a la doctora, para que se mantuviera callada. Los errores ocurren, de hecho, la médica responsable de la inseminación había fallado en la elección de sexo del embrión. Pero mi concepción no había sido errática. Mis madres me deseaban y me amaron desde el momento en el que habían considerado la maternidad. Así que no estaban dispuestas a deshacerse de mí solo porque tuviera un maní entre las piernas, digo, en ese momento tenía el pene de ese tamaño. Ahora es tiene una longitud normal y eso suscita otro problema.
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Solo Evas
Ciencia Ficción☆GANADORA de los premios Wattys 2020 en la categoría de Ciencia Ficción. ☆DESTACADA en el perfil oficial de CienciaFiccion. ~Selecta para las listas de lectura del perfil oficial de Ciencia Ficción en Español. En este mundo distópico, donde un viru...
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