I can't let go » kth + ksj

Diecisiete

❝ Ninguna cosa se hace repulsiva más pronto que el dolor ❞

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—¡Hola Tae! —saludó emocionado.

—Insisto en que es muy temprano para lidiar contigo —dijo como saludo.

—Hola Namjoon, yo también te extrañé estos meses que no nos vimos —respondió su mejor amigo, rodándole los ojos.

Taehyung sonrió y se acercó a abrazarlo con fuerza, aspirando de inmediato el aroma tan familiar de su loción, que después de todo, era un recuerdo difícil de borrar después de todos esos años compartiendo una habitación en la universidad. Estaba consciente de lo mucho que lo había extrañado, pero eso no cambiaba el hecho de que era lo suficientemente temprano (cerca de las cinco de la mañana) como para justificar su mal humor, entre otras cosas...

—Me da gusto verte siempre, Nam —admitió con una sonrisa, al final.

—A mí igual, y créeme que agradezco que vayas a hacer esto por mí a tan temprana hora.

—Ya encontraré alguna forma de que me devuelvas el favor —respondió, tomando las llaves de su carro y dirigiéndose fuera de su departamento, con Namjoon detrás de él—. Esto te va a salir bastante caro.

—Pensé que nuestra amistad era gratis, Taehyung-ah —dijo el mayor fingiendo estar dolido, llevando una mano a su pecho mientras esperaba el elevador junto a él.

—Nuestra amistad es gratis, sí. Mis horas preciadas de sueño, esas no. Son demasiado valiosas.

—Hmmm, me parece justo —accedió Namjoon después de hacer como que lo estaba pensando, sacándole una sonrisa inevitablemente. El elevador llegó entonces y los dos entraron, un bostezo escapando por parte de Taehyung—. Tú sólo avísame con tiempo para poder escapar de Jin.

Taehyung tuvo que hacer un esfuerzo por reprimir la mueca que quería salir. Y ahí estaba de nuevo, odiándose a sí mismo por ser tan poco considerado. Estaba ahí porque amaba a su amigo e iba a ayudarle con algo, no tenía por qué sentirse así.

—Hablando de Jin... ¿qué es exactamente eso que quieres comprarle que está tan lejos? —cuestionó.

Cuando Namjoon le había hablado por teléfono unas semanas antes, prácticamente rogándole para que lo acompañara a las afueras de la ciudad, jamás se hubiera imaginado que sería para ir a una tienda de muebles tallados a mano, para comprarle un regalo a Seokjin por su cumpleaños, que pronto se acercaba.

—Bueno, Jinnie, siendo el arquitecto apasionado que es, sigue páginas de diseños de interiores y exteriores. Y hace unos meses encontró la página de una tienda de muebles y otras cosas talladas en madera y se enamoró de una pequeña estatuilla —contó con entusiasmo. Taehyung no podía evitar quedar asombrado con el brillo que aparecía en los ojos de Namjoon mientras hablaba—, pero nunca hemos tenido tiempo de ir, además de que no conocemos mucho la zona...

—Ah, por eso me hablaste a mí entonces —dedujo.

Namjoon llevó una mano a su nuca. —Bueno, yo sabía que has hecho un par de sesiones fotográficas por ahí, así que supuse que sabrías cómo llegar.