Dieciocho

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Me he encontrado entre los ejemplos de a los que ha vencido el dolor, lo cual él no hubiera querido de modo alguno

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Jin abrió sus ojos lentamente, dejando que la poca luz que empezaba a colarse por la ventana de su cuarto ayudara a despertarlo. Se estiró poco a poco, dejando que el sueño lo dejara, antes de estirar su brazo hacia su mesa de noche para apagar el despertador que había puesto de nuevo, después de lo que le parecía una eternidad. Y es que tenía una razón muy particular para haberse querido despertar a una hora decente: era su cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, amor.

Cerró sus ojos con fuerza, aquello era lo que se había temido que iba a pasar desde la noche anterior, cuando había intentado quedarse dormido sin pensar mucho, algo que no había logrado con facilidad. Estaba tratando inútilmente de ahuyentar las reverberaciones de la voz de su novio. Además, trataba con dificultad no pensar, porque su cerebro le estaba jugando bromas que no tenían ni un poco de gracia. Se paró de su cama rápido (uno de los pocos muebles que todavía estaba en su cuarto, todo lo demás ya estaba guardado en cajas o vendido), tenía que salir de su apartamento cuanto antes, porque sin importar que el lugar ya no se parecía al hogar que había construido por todos esos años con Namjoon, todavía podía verlo si se concentraba lo suficiente. Y más aún llegaban sus recuerdos en ese día, porque sus mejores cumpleaños siempre habían sido al lado de él.

Namjoon había sido la razón de sus sonrisas, de sus suspiros por tanto tiempo que ahora mientras se dirigía a su baño para asearse, no podía evitar sentirse vacío por dentro, como si alguien se hubiera dedicado a sacarle todo hasta que quedó hueco, nublado, desmotivado, lleno de una pena que no podía apalabrar.

—Como hoy es tu día especial, te voy a sacar a pasear, amor —susurró su novio en su oído. Lo había despertado entre besos y palabras de amor y para Jin, no había mejor manera de empezar su cumpleaños que esa.

—Eso sonó bastante mal, Namjoon —rió, aceptando el abrazo que le ofreció su novio, el cual después de estrujarlo con fuerza y plantarle un beso innecesariamente escandaloso en la mejilla, decidió cargarlo, alejándolo de la cama que compartían.

Continuó riéndose, con sorpresa ahora, disfrutando de la sensación de flotar en los brazos de Namjoon, quien lo hizo girar en círculos, haciéndole temer que lo tiraría (no sería la primera vez que sucediera, lamentablemente). Pero nada de eso ocurrió, al contrario, su novio se detuvo y comenzó a encaminarse hacia el baño con rapidez.

Jin se sostuvo de él con fuerza, abriendo los ojos con todavía más sorpresa al percatarse de lo que había en el baño: un camino de flores de colores varios que llegaban hasta la bañera, la cual estaba cubierta de burbujas rosadas y rodeada de velas aromáticas encendidas.

—Oh —fue lo único que pudo decir, sintiendo el aliento de Namjoon hacerle cosquillas, mientras aspiraba su cuello.

—Antes de salir —explicó—, voy a asegurarme de que tu cumpleaños empiece de la mejor manera.

Un escalofrío lo recorrió, sintiendo cómo su novio lo bajaba de sus brazos con cuidado. Y entonces se acercó a él y comenzó a desabotonar su cálida pijama (el invierno estaba cerca, después de todo), metiendo sus manos para comenzar a tocar su abdomen. Jin suspiró, permitiéndose disfrutar del momento, sintiendo las manos de Namjoon, junto con sus labios comenzar a quemar por todo su cuerpo.

I can't let go » kth + ksjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora