─¿Y ESO ES MALO?
Leah me miró con cara de pocos amigos. Su mirada reflejaba aburrimiento y un estrés combinado con una rabia tremenda, tuve que morder mis labios para no soltarme a reír en su cara, algo que Seth hizo, ganándose un golpe por parte de Leah. Su hermano menor levantó sus manos retrocediendo un par de pasos con una sonrisita nerviosa.
Espero y Dios lo salve de una buena paliza.
Hace quizá unas cinco horas Leah había entrado a mi habitación casi echando humo por las orejas, supe inmediatamente que podía entrar en fase en mi habitación por lo que hice de todo para calmarla, siendo que yo estaba peor que ella.
Ventajas de no ser Quileute:
1-. No te transformas en un gigantesco perro peludo cuando te enfadas.
Ventajas de ser Quileute:
1-. Escuchar maravillosas leyendas y compartir con geniales personas.Pero ruego que no me malinterpreten, no digo que pasar tiempo con mi familia esté mal, no. Aunque aveces desearía no ser una híbrida, además de que mi don interior tenía la misma cantidad de desventajas como ventajas. Era agotador estar rodeada de seres adictos a la sangre y muerte tanto de animales como personas, antes de saber que era una híbrida aspiraba y deseaba con todas mis fuerzas ser abogada o doctora, quería defender los derechos de las personas o bien quería salvar vidas. No podía ser ninguna.
¿Cómo iba yo a defender personas cuando mi familia asesinó a miles? ¿Cómo iba yo a salvar vidas como Carlisle cuando mi especie las quitaba con tanta tranquilidad, despreocupación y excitación que asombraba? No podía. Si bien mi abuelo Carlisle era un magnífico doctor eso no significaba que no asesinó a gente como cada vampiro. El trataba de salvar vidas que no pudo salvar al estar condenado a esta miseria.
─Vete de aquí, Seth ─dijo Leah, soltando un suspiro cansado mientras se levantaba y se acercaba a su hermano, quien estaba sentado en la silla de madera frente a mi escritorio.
─¿Por qué? Quiero estar aquí con ustedes. Además, allá abajo también se escucha lo que hablan, ya sabes, super oído ─sonrió Seth lleno de emoción.
En un par de segundos ya estaba rodando escaleras abajo.
─¿Por qué me siento tan mal? ─pregunté en un murmuro, recostandome en mi cama. Saqué mis tacones sacudiendo mis pies, provocando un sonido desagradable cuando estos tocaron el suelo. Leah se acercó a mi con una manta azul en sus manos.
─Son los lazos del lobo y la impronta. Sus palabras te dolieron, y probablemente el esté peor, el lobo sale aún más afectado que la impronta.
─¿Por qué a el le duele más? ─pregunté sin ser capaz de guardarme la curiosidad.
─Porque el fue quien se imprimó en ti ─respondió, acomodando la manta en mi cuerpo y acostándose a mi lado─. Claro que tu también sientes el lazo, sí, pero él es quien creó el lazo, es más fuerte para él.
─Cuando conocí a Black y su manada, adoré al momento las leyendas ─sonreí con nostalgia─. Para mi aquello era magia, aún cuando mi especie era protagonista de la historia también. Cuando Joshua Uley nos narraba las leyendas siempre me emocionaba, aunque siempre me gustó más la de la tercera esposa.. era simplemente hermosa.
─¿Conociste a..?
─Sí ─sonreí─. Conocí a las primeras manadas y a todas las que les han seguido a lo largo de los años. Debo reconocer que ellos descubrieron su pasado y creyeron en el por mi, el gen de sus lobos salió a flote cuando volví a Forks, y después cuando traje a mi familia por primera vez.
─Nunca dejo de conocerte ─dijo Leah, sincera. Aquello me hizo sonreír suavemente─. Y eso me alegra, siempre aprendo un poco mas de ti.
─Lo mismo puedo decir, Leah. Tu también eres así, nadie jamás termina de conocerte.
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CAPERUCITA ━ jared cameron
FanfictionLa familia Cullen se ve amenazada por la realeza vampirica cuando Isabella Swan da a luz a una peculiar híbrida y la noticia de su existencia llega a la realeza, ahora única opción es luchar.. y esperar a por la llegada de una persona que podría ser...