La familia Cullen se ve amenazada por la realeza vampirica cuando Isabella Swan da a luz a una peculiar híbrida y la noticia de su existencia llega a la realeza, ahora única opción es luchar.. y esperar a por la llegada de una persona que podría ser...
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꒰ 𝗮𝗹𝗶𝗰𝗲 𝘆 𝗮𝘃𝗶𝘀𝗼𝘀 ꒱
▬▬▬▬ LA MÁS RECIENTE NOTICIA DE LA FAMILIA CULLEN iba de camino a una peculiar híbrida dueña de unos extraños ojos verdes. La joven rubia se encontraba en el pórtico de su propiedad en su tan querida y fría Alaska, frente a ella una pequeña mesita redonda de madera y sobre esta un plato con papas fritas, una hamburguesa y algunos nuggets de pollo. El reloj marcaba las 07:37 p.m. y los ojos de la chica se encontraban perdidos en algún punto entre la nieve, ignorando por completo el hecho de que su mejor amigo le hablaba contándole una que otra historia de guerras de su juventud en las que él salía siempre victorioso.
Sus pensamientos estaban completamente concentrados en su padre y todo lo que ella había vivido a su lado, un sentimiento de dolor y rabia se apoderó de su pecho al recordar su niñez junto al hombre. Todo el tiempo fue lo que él quiso, se dejó manipular, influenciar y dejó atrás todo aquello que la hacía feliz para que su padre sintiera un poco de orgullo por ella, pero claro que jamás lo sintió.
Nada de lo que hizo fue suficiente.
─¿Cuándo te irás?
La pregunta abandonó sus labios de repente, cortando el vómito verbal de su mejor amigo para que este centrara sus ojos color rubí en ella, estando estos llenos de sorpresa y confusión.
─¿De qué hablas? ─cuestionó el mayor acomodándose en la hamaca junto a la mesa, moviendo su cuerpo de forma en la que quedaba frente a la rubia.
Bianca alzó sus cejas extrañada observando el rostro confundido de Garrett, quién la miraba atentamente esperando por su respuesta.
─Dijiste que irías a Londres por trabajo y volverías con un amigo para tenerlo de aprendiz. ─respondió ella, con cierta confusión en su voz.
Él abrió sus ojos en grande y asintió una y otra vez, enderezandose en la hamaca demasiado rápido para el gusto de la híbrida.
─Oh, sí, sí. ─murmuró el vampiro apenas ella terminó de hablar.─ Me iré hoy en la noche, a media noche.
─¿Por cuánto tiempo?
El silencio del inmortal la puso inquieta, sus ojos ámbar no dejaron los rubíes de su mejor amigo, no esperó para nada encontrar cierta culpa y pena en ellos.
─Por.. Por un par de semanas ─respondió con la voz frágil, carraspeando al segundo. Una encantadora sonrisa decoró sus labios como si nada malo estuviera pasando.─ No te preocupes linda, me tendrás aquí cuando menos lo esperes.
La híbrida asintió lentamente viendo cómo su mejor amigo desviaba su mirada, se acomodó en la silla guardando silencio para llevar su vista una vez más a alguna parte del bosque, tratando de ignorar aquella sensación en el pecho que le gritaba que no dejara ir a su mejor amigo, que algo estaba ocurriendo y que él le mentía.
