7. Sand vs Dark
- Yugi, tengo hambre- y dicho lo último, unió sus labios con los del peque. Yugi cerró sus ojos, esperando sentir aquel agobiante dolor en su pecho, pero éste jamás apareció... ¿sería que Atem realmente no tomaría su vida? ¿Aquello no era lo que su yami siempre hacía con él?... ¿lo estaba besando?
Sí, aquello era definitivamente un beso. Yugi abrió sus ojos y se paralizó de la impresión; podía sentir los cálidos labios de su yami sobre los suyos; su suave respiración acariciando su rostro, incluso podía escuchar el débil palpitar de su corazón... ¿realmente no estaba vivo? No podía evitar preguntarse eso aún en esa situación; de no ser por sus extraños poderes, podría jurar que Atem y los demás eran humanos.
Mas sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir cómo su yami separaba sus labios con su lengua y se abría paso a su cavidad. Su primera reacción fue empujar a Atem, mas éste tomó sus brazos y los pegó a la pared; las sombras de la pared comenzaron a moverse y temblar como si fuesen olas agitadas por el viento; crecieron cada vez más, formando unas manos que pronto asieron los brazos de Yugi contra la pared, impidiéndole moverse.
Nada podía hacer sino cerrar sus ojos y esperar a que todo acabase, rogando que el tiempo pasara tan rápido que hiciera que ese momento pareciera una pesadilla más... pero no fue así, los segundos se volvían horas y aquel hambriento beso era cada vez más desenfrenado; su yami recorría su cavidad de esquina a esquina, y cuando le faltaba el aire, se separaba apenas unos segundos y volvía a devorar sus labios apasionadamente. Pasaron unos minutos más antes de que Atem se cansara de los labios del peque y los sustituyera con su cuello, besándolo y lamiéndolo mientras sus manos desabrochaban uno por uno los botones del suéter de su pijama.
- ¿por qué...?- musitó débilmente Yugi, abriendo levemente sus ojos- ¿por qué haces esto?- una vez que desabrochó la pijama, su yami lo miró por unos instantes antes de comenzar a lamer desde su estómago hasta sus pezones, donde se detuvo y delineó su contorno con su lengua antes de succionarlos uno por uno; el rostro del peque enrojeció violentamente y sus ojos se humedecieron.
Atem seguía lamiendo y mordisqueando sus pequeños pezones y su piel, escuchando complacido cómo Yugi intentaba reprimir sus gritos y gemidos; era todo un deleite para él ver su rostro avergonzado y cómo su cuerpo temblaba con cada caricia. Sus manos se pasearon por el cuerpo del más pequeño hasta llegar a sus piernas; deslizaron los pantalones de Yugi lentamente junto con la ropa interior hasta dejar las prendas a la altura de las rodillas.
- no más- rogaba Yugi al borde de las lágrimas, cerrando sus piernas instintivamente- por favor...
- no seas injusto- musitó Atem a su oído, despojándole de sus prendas para luego separar sus piernas nuevamente y colocándose entre ellas- creí que teníamos un trato... yo te daba la información que querías y me cobraría después con algo que no fuese tu vida- sujetó la hombría de Yugi con una mano, haciendo que por fin sus lágrimas corrieran libremente por su rostro- esto es mejor que quitarte parte de tu vida ¿no es así?- comenzó a masturbar al más pequeño lentamente- tranquilo, te gustará...
- no... por favor...- suplicaba Yugi mientras su cuerpo se estremecía ante las caricias de su yami, formando una erección entre sus piernas y haciendo que su rostro se tiñera de carmín
- no voy a estar satisfecho hasta que te corras por lo menos una vez- dijo siguiendo con su labor mientras su mano libre recorría la cintura de Yugi hasta llegar a su espalda. Descendió cada vez más, llegando hasta sus glúteos.
- ¡Yugi!- le llamó su abuelo desde afuera de su habitación. El peque palideció, si su abuelo lo veía así...- Yugi, ¿está todo bien?- la perilla giró lentamente; las manos que sujetaban los brazos de Yugi desaparecieron al igual que su yami, dándole la oportunidad de tomar una sábana de la cama, limpiarse el rostro y cubrirse- ¿Yugi?- dijo su abuelo entrando a la alcoba- ¿qué pasa, hijo?
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Black Clover [YGO]
FanfictionEl odio forma parte de todos nosotros... y el odio es el comienzo de la oscuridad... "...- ¿No se han preguntado el por qué nos parecemos tanto a ustedes? Es porque somos parte de ustedes. Somos el lado oscuro de sus corazones... envidia, resentimie...