14. The Judment of Osiris

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les traigo un capi más para pasar la cuarentena!!

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14. The Judgement of Osiris

Ese día fue laborioso. Entre acomodar cajas, mover muebles, limpiar el polvo, lavar los pisos y demás, se les había acabado su sábado. Ya era de noche, por lo que decidieron quedarse en la nueva casa de los Motou a descansar; ya tendrían tiempo mañana para terminar con la mudanza.

Después de la cena, Malik se metió a la ducha, deseando quitarse toda la suciedad que tenía impregnada. Se desvistió lánguidamente y se metió bajo el chorro del agua caliente, dejando que recorriera cada milímetro de su cuerpo. Lavó su cabello para después tomar una esponja y limpiar su morena piel; talló con delicadeza desde sus hombros hasta su antebrazo, en donde encontró un rasguño. Dejó su labor y lo miró detenidamente, quizá se lo había hecho mientras movía algún mueble; masajeó la zona herida con dos de sus dedos, tratando de medir la gravedad de la lesión... dolía un poco, pero no impedía que realizara sus labores del día siguiente.

- aquella vez...- murmuraba para sí, observando la herida de su brazo- dolió mucho más- dijo recordando el frenesí de lujuria que había vivido con su yami... sin poder evitarlo, el calor se apoderó de él, seguido de una sensación de necesidad. Gruñó molesto al descubrirse pensando en el momento que consideraba el peor de su vida. Cerró el grifo del agua, secó su cuerpo y se vistió con la ropa limpia que le había llevado su hermana.

Caminó sigiloso por los pasillos; Ryou, Yugi y el abuelo de éste último probablemente ya dormían. Pasó junto a la habitación del albino y luego frente a la alcoba que Solomon compartía con su nieto. Al llegar a la habitación designada para él, entró y se recostó en la cama, buscando calidez para conciliar el sueño.

Estaba más cansado de lo creyó, se quedó dormido en cuanto su cabeza tocó la almohada. Su sueño parecía normal y tranquilo hasta que una ola de arena sepultó todo, dejando sólo desierto a su alrededor. Recorrió las dunas, sabiendo que no encontraría una salida; no importaba cuánto gritara, nadie lograba escucharlo...

Soledad... un intenso sentimiento de soledad seguido de una incontrolable angustia fue lo que sintió al verse perdido en ese sitio hasta que alguien lo abrazó por la espalda. No podía ver su rostro debido a la posición pero, al juzgar por aquellos bronceados brazos y la calidez que emitían, no fue difícil adivinar que era Marik. Sin embargo, tan repentinamente como habían aparecido, esos brazos comenzaron a desmoronarse en fragmentos de arena, cayendo al suelo y mezclándose con las parduscas dunas bajo sus pies. En cuanto se dio la vuelta se vio solo de nuevo, con un montón de arena frente a él que pronto se propagó con el viento hasta desaparecer...

Despertó agitado, aún con aquella horrible sensación en el pecho; ¿qué significaba aquel sueño? Volvió a recostarse, masajeándose las sienes, seguramente ya empezaba a enloquecer...

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La noche siguiente fue igual, aquel desierto invadió sus sueños mientras que su yami, literalmente, se desmoronaba a sus pies... después de eso no pudo volver a dormir en toda la noche. Se levantó en cuanto hubo luz de día y fue a la cocina a beber un poco de café mientras intentaba ordenar su mente. Desde que tuvo aquel sueño, no podía sacarse a su yami de la cabeza, lo único que hacía era mirar el cetro del milenio y preguntarse qué ocurría en su interior...

- estúpido pervertido...- murmuró al cetro del milenio, el cual hacía girar entre sus dedos. Dio un largo y profundo suspiro y apoyó su cabeza en la mesa sin dejar de ver su artículo

- vaya, ese fue un gran suspiro- dijo risueña una voz tras él

- ¡hermana!- profirió alterado, elevando la mirada y guardando el cetro en su lugar habitual

Black Clover [YGO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora