Día 4

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Las personas siempre han tenido diferentes creencias sobre aquello que no pueden entender a lo largo del tiempo. Siempre varían de una forma u otra, pero en ocasiones llegan a ser bastante similares.

El caso de las estrellas es uno de esos temas tan singulares.

Constelaciones que cuentan historias, astros que guían a la gente, planetas que representan deidades. Todo lo relacionado con aquello que está más allá de nuestro alcance, en el basto e infinito universo, sirve de inspiración para decenas de elementos místicos, poéticos, mágicos.

Hoy en día sabemos mucho más acerca del espacio y sus misterios que hace mil años. Pero no importa cuánto más descubramos sobre ese lejano lugar, siempre nos queda la duda latente de que hay algo más que aún no logramos entender.

Kaminari era una de esas personas. Confiaba plenamente en la ciencia y sus descubrimientos, entendía que las estrellas no son más que esferas de gas en revolución a unos cuantos miles o millones de años luz de distancia.

Sin embargo, siempre llegó a creer que había algo inexplicable en ellas, algo más allá de su composición o la distancia.

Lo mismo pensaba de otros astros, en especial de la luna. Él sentía que cuando alcanzaba a ver la luna llena sería un buen día y curiosamente casi siempre le pasaba, como cuando logró pasar su último examen o cuando tuvo suerte con su crush y consiguió su primer beso.

Tal vez fuese algo estúpido, pero él lo sentía casi real. Como si pudiese recibir la bendición del universo con solo apreciar el cielo nocturno y sus maravillas.

Kaminari se fijó en el cielo, donde algunas estrellas acompañaban al astro blanquecino que se encontraba en cuarto menguante. Había algunas nubes deambulando por el oscuro firmamento, opacando los destellos de esas pocas luces que ahí había, mas ellas siempre volvían a resaltar una vez las envidiosas nubes seguían su camino.

Pero, de entre todas esas motas coloridas en la oscuridad, había una estrella en particular que le llamaba cada madrugada que lograba vislumbrarla. El Lucero del alba.

—¿Venus? —Shinsou susurró cerca de su oído—. "Lucero del alba" parece un nombre muy pretencioso para un planeta, ¿no crees?

Kaminari rio, pegándose más al pecho del chico y atrayendo sus brazos para que lo abrazara con más intensidad.

Ambos estaban sentados en el techo de un estacionamiento, acurrucados uno contra el otro mientras Denki compartía con su novio uno de sus pequeños y más íntimos secretos.

—Tal vez, pero eso no quita el hecho de que se escuche hermoso —dijo con una sonrisa—. Además, es la estrella más brillante del cielo y solo puede verse pocas horas antes del amanecer y después del atardecer.

—Sigo diciendo que es un poco exagerado —musitó.

—No es exagerado, ¡es poético! —Levantó los brazos para realzar su emoción y terminó golpeando la nariz de Shinsou—. ¡Lo siento! Creo que yo soy el exagerado.

—Eso ya lo sé —afirmó mientras se sobaba en donde fue golpeado—. Entonces, ¿haces algún sacrificio o acto satánico para que las estrellas te den suerte?

—¡¿Qué?! ¡No! —contestó con cierto horror en la mirada, luego su gesto cambió a uno más juguetón—. Bueno, solo les entrego el corazón de mi novio cuando quiero pasar un examen.

—¿Eso quiere decir que esta noche me matarás para hacer el examen de mañana?

—¿Por qué crees que te traje a un estacionamiento vacío? Aquí no habrá testigos —sonrió con malicia y Shinsou le devolvió la sonrisa.

Entonces inició una pequeña pelea entre los dos, que no era más que un jugueteo infantil en el que ninguno trataba de ganar o perder, solo lo hacían por diversión. Al menos eso creía Shinsou hasta que una pequeña descarga lo aturdió de repente.

—Oye, eso es jugar sucio —reclamó, sintiendo un cosquilleo en sus dedos.

—Oh, vamos, como si tú no lo hubieras hecho con tu quirk.

—Sabes que eso no es cierto, yo nunca lo haría.

Shinsou tenía un punto y Kaminari odiaba darle la razón, pero se tragó su orgullo y volvió a sentarse entre las piernas de su novio, pudiendo imaginar como este sonreía con satisfacción ante su obvia rendición.

—¿En que estábamos antes de todo esto? —Kaminari preguntó, tratando de restarle importancia a la pelea.

—En que tú querías sacrificarme y darle mi corazón a las estrellas.

—Ah, cierto —Recargó su cabeza en el hombro de su novio—. Pero yo no hago esas cosas, no es como si fuera parte de una religión o un culto satánico.

—Déjame ver si entendí —interrumpió Shinsou—. Tú alabas a los astros en el cielo y sientes como si ellos cambiaran algo en tu vida, ¿algo así como la astrología?

—No exactamente. Solo son mis propias creencias en base a mis experiencias, y no los alabo, simplemente creo que de alguna forma me ayudan; es como tener fe en un dios.

—Creí que eras ateo —Shinsou levantó su ceja y le miró con atención.

—Lo soy, pero a veces necesito encomendarme a algo para que me dé un poco de suerte. Si no lo hiciera probablemente ya estaría muerto en una zanja y tú no podrías disfrutar de mi lindo trasero.

—No lo digas, por favor —suplicó con un deje de vergüenza.

—¿Qué cosa? —Kaminari insistió, haciendo una sonrisa divertida mientras se volteaba para encararlo—. ¿No quieres que te recuerde que tengo un lindo trasero?

—Denki, solo lo dije una vez y tú armaste un escándalo por eso.

—Deberías decirlo más seguido, así me sentiré más bonito para ti.

—Tú ya eres bonito. Eres hermoso —Shinsou lo atrajo para besarle con delicadeza mientras Denki enredaba sus dedos entre las hebras violeta—. Tú eres mi lucero del alba —susurró sobre sus labios.

Kaminari volvió a sonreír solo para besarlo otra vez, soltando suspiros de vez en cuando mientras sus lenguas se escabullían en la boca del otro.

Y Shinsou lo decía en serio. Después de esa larga plática acerca de los astros y las estrellas empezó a contagiarse de esa efusividad que Denki desbordaba y, al igual que él, se sintió extrañamente interesado en Venus.

Si esa era la estrella que más brillaba en medio de la inmensa oscuridad del cielo, entonces estaba seguro de decir que Denki era ese astro. Porque era él quien destellaba con más intensidad a su alrededor y le guiaba por una vida que jamás imaginó.

¡Se me volvió a hacer tarde! :'v

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¡Se me volvió a hacer tarde! :'v

Es que estos días he estado de arriba para abajo y hoy, llegando a mi casa, estaba tan cansada que me quedé bien dormida y olvidé actualizar xd

Pero, bueno, lo importante es que aquí esta UwU

El tema de las estrellas siempre me ha emocionado mucho y la verdad no sé si pude plasmar lo que quería aquí, sigo un poco indecisa al respecto :/

Vale, eso es todo de mi parte por hoy. Espero les haya gustado esta cosa rara y los veré mañana (espero que más temprano) con el siguiente OS. Bye bye OwO/

Shinkami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora