Día 7

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Los dos caminaban por las solitarias calles cercanas al hogar de Kaminari, uno al lado del otro. Sus manos rozándose en efímeros contactos.

El sol era intenso, brillando con fuerza sobre sus cabezas mientras algunos pájaros revoloteaban entre los árboles. Estaban a principios de verano y los dos disfrutaban de la cálida brisa que paseaba junto a ellos, refrescándolos del agobiante calor.

—Si tú y yo nos casamos ambos terminaríamos sin bolas —comentó de pronto Shinsou, rompiendo el extraño silencio que se había formado.

—¡Shinsou! —Kaminari le regañó, golpeando levemente su brazo—. No seas tan pesimista.

—Habló en serio, Denki. Somos todo lo que la sociedad aborrece —dijo, mostrando una sonrisa triste—. Sería imposible que lográramos casarnos.

—Eso no es cierto —reprochó—. Algún día encontraremos la forma; además, todo es posible si tenemos dinero.

Kaminari sacó unos cuantos billetes de la bolsa se su pantalón y se los mostró a su novio quien le veía con una ceja levantada.

—¿Se lo robaste a tus padres?

—Claro que no. Ellos prometieron que me pagarían la boda cuando encontrara a alguien, así que en realidad este dinero es todo mío.

—Por lo que acabamos de ver a mí se me hace que ellos esperaban que ese "alguien" fuese una linda omega, no un beta como yo —Shinsou desvió su mirada, se sentía culpable.

Kaminari soltó un resoplido al recordar la disputa que había tenido con sus padres hace unos minutos. Al parecer a ellos no les había agradado que su único hijo alfa tuviera como pareja a un hombre beta dominante.

Además, la situación en la que los encontraron tampoco fue la más favorable para presentarles a su novio. Bueno, de todas formas él ya no quería seguir viviendo con esos controladores, había sido más bien un alivio cuando lo corrieron de la casa.

—¿Acaso importa lo que mi familia quiera en mi vida? —bufó, cruzándose de brazos—. Siempre han esperado muchas cosas de mí por ser un alfa y siempre los he decepcionado, no sé por qué les impactó tanto esta vez.

—¿Será porque me presentaste como tu prometido? Tal vez ellos no estaban listos para recibir una noticia tan importante de la nada —sugirió Shinsou—. Aunque haya sido una mentira para que no me mataran en ese instante.

Denki detuvo sus pasos abruptamente y veía con incredulidad a Hitoshi.

—¿Cómo que una mentira? ¡Yo hablaba en serio!

—Nosotros no estamos comprometidos, Denki, por eso dije que sería una mala idea en nuestra situación.

—¡Claro que estamos comprometidos! Yo te lo pedí ayer en la noche, después de la boda de Midoriya —explicó, tratando de hacer memoria—. Creí que por eso estábamos teniendo sexo en mi casa, para celebrar nuestro compromiso.

—No. Tú dijiste que querías casarte con mi lindo trasero y luego vomitaste sobre el vestido de Mina, yo nunca lo consideré como una propuesta real.

Kaminari se lo planteó un rato. En su mente esa escena era totalmente diferente a lo que Shinsou describía, aunque debió dudar de sus recuerdos cuando en un instante de su proposición aparecieron ángeles en el cielo y él cabalgaba un unicornio blanco.

Vale, tal vez no solo se había emborrachado esa noche.

—Entonces creo que debemos hacerlo real, para que mis padres no me acusen de mentiroso también —Kaminari tomó las frías manos de Shinsou y puso la sonrisa más seductora que pudo, viendo esos ojos índigo que tanto le gustaban—. Hitoshi Shinsou, ¿quisieras ser mi hermoso pez beta por el resto de nuestros días?

Shinkami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora